Los restos del dictador nazi Adolf Hitler fueron destruidos por orden de los dirigentes soviéticos, pero en los archivos se conservan fragmentos de su cráneo y mandíbula, aseguró este lunes el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, ex KGB).

Hasta ahora, el destino del cadáver del dictador han estado sujetos a toda suerte de especulaciones. Los soviéticos confirmaron, en 1955, la muerte de Hitler, pero nunca mostraron los restos. Solo se mostró en un museo soviético un hueso que supuestamente pertenecía a su caja craneana. Sin embargo, un examen realizado en septiembre pasado demostró que esos restos no pertenecían a un hombre, sino a una mujer.

Ahora, Yuri Jristofórov, jefe del Archivo de la FSB, asegura que aún se conservan restos óseos del dictador. Según su relato, el 13 de marzo de 1970, el entonces presidente del KGB, Yuri Andrópov, pidió al Politburó comunista autorizar la destrucción de los restos de Hitler que la URSS aún guardaba. Habían sido enterrados junto con los de varias personas más el 21 de febrero de 1946 en un lugar secreto en una base militar del sector soviético de Alemania.

En ese lugar, en el número 36 la calle Westendstrasse de la ciudad de Magdeburgo, estaban enterrados los restos de Hitler, su esposa Eva Braun, así como el ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels y su familia.

Habían sido hallados por las tropas soviéticas el 5 de mayo de 1945 cerca de la Cancillería del Tercer Reich en Berlín (donde estaba el búnker de Hitler) y estudiados por los servicios secretos. Los restos de Hitler, Braun y los Goebbels habían permanecido provisionalmente enterrados desde junio de aquel año en un bosque cerca de la ciudad germana de Rathenow.

El plan de Andrópov preveía "exhumar y destruir físicamente los restos de los criminales de guerra" para evitar que fanáticos de Hitler peregrinasen hasta esa fosa común, en caso de conocerse su localización.

La exhumación y destrucción de los restos las llevó a cabo el 4 de abril de 1970 un equipo operativo del departamento del KGB del Grupo de Tropas Soviéticas, relató el general Jristofórov, quien añadió que la destrucción "se realizó mediante su incineración en una fogata en un descampado cerca de la ciudad de Schönebeck, a 11 kilómetros de Magdeburgo".

"Los restos quemados junto con el carbón fueron desmenuzados hasta el estado de cenizas, que fueron recogidas y arrojadas al río Biederitz", según el correspondiente acto oficial.

Sin embargo, el general ruso aseguró que en el Archivo del FSB se guarda una parte de la mandíbula de Hitler, mientras que en el Archivo estatal de Rusia permanecen algunos fragmentos del cráneo.

"Aparte de estos materiales, recogidos en mayo de 1945, no existen otros fragmentos del cuerpo de Hitler; al menos no hay ninguna información al respecto. Todo lo que quedaba de Hitler fue quemado en 1970", subrayó.