El alto el fuego entre Israel y la milicia chiíta Hezbolá ha permitido que la ayuda humanitaria suministrada por las agencias de la ONU empiece a llegar al sur del Líbano, adonde se prevé el retorno de miles de personas durante los próximos días.
"La resolución de la ONU supone la mejor oportunidad para acabar con las hostilidades y nos permite llegar a gente a la que no teníamos acceso y que necesita ayuda desesperadamente", dijo en una conferencia del prensa la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Christiane Berthiaume.
El PMA invertirá 3,8 millones de dólares donados por la Unión Europea en asistencia a los cerca de un millón de desplazados tras un mes de conflicto.
Para ello, el organismo –encargado de coordinar las labores logísticas del resto de agencias de la ONU– ha establecido diferentes rutas por mar, aire y tierra y ha facilitado instalaciones para almacenar y repartir material.
Desde la entrada en vigor del alto el fuego este lunes, nueve convoyes de la ONU han llegado a sus destinos en el sur del Líbano, según Berthiaume, y uno de ellos, cargado con harina, se ha quedado en la castigada ciudad de Tiro para abastecer sus panaderías.
Quince camiones se han enviado a Rumaysh, que no ha recibido asistencia durante días, mientras que otros diecinueve han llegado a Hasbaya, también en el sur.
Además, la ONU cargó otro barco con veintiún camiones de material humanitario que irán a Tiro, pero "el bloqueo marítimo que mantiene Israel hace que los viajes sean más largos de lo necesario", explicó Berthiaume.
El PMA ha logrado descargar en Beirut varios aviones con ayuda humanitaria, así como dos barcos con 2.750 toneladas de harina de trigo, pasta y legumbres, entre otros suministros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han organizado un convoy con carburante suficiente para que dieciocho hospitales del sur libanés puedan funcionar durante diez días.
Dada la escasez de carburante, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también trabaja en la reparación de la central eléctrica de Tiro, así como en mejorar el acceso a las poblaciones aisladas para evacuar heridos y enterrar a los muertos.
Las agencias humanitarias también preparan el terreno para ayudar a las miles de personas desplazadas por el conflicto que ya han emprendido el regreso a sus poblaciones.
"Es extraordinario ver que toda esa gente no espera varios días para retornar a sus hogares y es nuestra responsabilidad ayudarlos a llegar cuanto antes", afirmó Berthiaume.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) será el encargado de supervisar el flujo de los cerca de 180.000 refugiados libaneses que huyeron a Siria, cuyo gobierno ha pedido ayuda a la organización para coordinar el retorno.
"Nuestros equipos estarán presentes todo el día en los cuatro puntos fronterizos con Siria y distribuirán a los refugiados agua, galletas y material sanitario, al tiempo que identificarán a los que necesitan una ayuda suplementaria", detalló la portavoz del Acnur, Jennifer Pagonis.
Para quienes no pueden regresar por sus propios medios, se han habilitado autobuses que viajarán desde la localidad siria de Homs a las principales ciudades libanesas.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha pedido 26,4 millones de dólares para asistir durante seis meses a los desplazados que vuelven a sus hogares y ha organizado un convoy con ochocientos desplazados que regresan a Tiro.
Además, Unicef –que ha pedido 25,2 millones de dólares para financiar operaciones de ayuda al retorno de los desplazados– ha lanzado una campaña de información para alertar a la población de la presencia de artefactos sin explotar en las zonas de combate.
"Una persona ya ha muerto por la explosión de un artefacto", por lo que "estamos pidiendo a la gente que, por su seguridad y la de sus hijos, no se acerquen a los artefactos e informen de su existencia a las autoridades", explicó una portavoz de Unicef.
"La resolución de la ONU supone la mejor oportunidad para acabar con las hostilidades y nos permite llegar a gente a la que no teníamos acceso y que necesita ayuda desesperadamente", dijo en una conferencia del prensa la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Christiane Berthiaume.
El PMA invertirá 3,8 millones de dólares donados por la Unión Europea en asistencia a los cerca de un millón de desplazados tras un mes de conflicto.
Para ello, el organismo –encargado de coordinar las labores logísticas del resto de agencias de la ONU– ha establecido diferentes rutas por mar, aire y tierra y ha facilitado instalaciones para almacenar y repartir material.
Desde la entrada en vigor del alto el fuego este lunes, nueve convoyes de la ONU han llegado a sus destinos en el sur del Líbano, según Berthiaume, y uno de ellos, cargado con harina, se ha quedado en la castigada ciudad de Tiro para abastecer sus panaderías.
Quince camiones se han enviado a Rumaysh, que no ha recibido asistencia durante días, mientras que otros diecinueve han llegado a Hasbaya, también en el sur.
Además, la ONU cargó otro barco con veintiún camiones de material humanitario que irán a Tiro, pero "el bloqueo marítimo que mantiene Israel hace que los viajes sean más largos de lo necesario", explicó Berthiaume.
El PMA ha logrado descargar en Beirut varios aviones con ayuda humanitaria, así como dos barcos con 2.750 toneladas de harina de trigo, pasta y legumbres, entre otros suministros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han organizado un convoy con carburante suficiente para que dieciocho hospitales del sur libanés puedan funcionar durante diez días.
Dada la escasez de carburante, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también trabaja en la reparación de la central eléctrica de Tiro, así como en mejorar el acceso a las poblaciones aisladas para evacuar heridos y enterrar a los muertos.
Las agencias humanitarias también preparan el terreno para ayudar a las miles de personas desplazadas por el conflicto que ya han emprendido el regreso a sus poblaciones.
"Es extraordinario ver que toda esa gente no espera varios días para retornar a sus hogares y es nuestra responsabilidad ayudarlos a llegar cuanto antes", afirmó Berthiaume.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) será el encargado de supervisar el flujo de los cerca de 180.000 refugiados libaneses que huyeron a Siria, cuyo gobierno ha pedido ayuda a la organización para coordinar el retorno.
"Nuestros equipos estarán presentes todo el día en los cuatro puntos fronterizos con Siria y distribuirán a los refugiados agua, galletas y material sanitario, al tiempo que identificarán a los que necesitan una ayuda suplementaria", detalló la portavoz del Acnur, Jennifer Pagonis.
Para quienes no pueden regresar por sus propios medios, se han habilitado autobuses que viajarán desde la localidad siria de Homs a las principales ciudades libanesas.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha pedido 26,4 millones de dólares para asistir durante seis meses a los desplazados que vuelven a sus hogares y ha organizado un convoy con ochocientos desplazados que regresan a Tiro.
Además, Unicef –que ha pedido 25,2 millones de dólares para financiar operaciones de ayuda al retorno de los desplazados– ha lanzado una campaña de información para alertar a la población de la presencia de artefactos sin explotar en las zonas de combate.
"Una persona ya ha muerto por la explosión de un artefacto", por lo que "estamos pidiendo a la gente que, por su seguridad y la de sus hijos, no se acerquen a los artefactos e informen de su existencia a las autoridades", explicó una portavoz de Unicef.