En el marco de la campaña "Desarmar es honrar la vida" que relanzó el gobierno santafesino a fines de junio, llegarán a Rosario la semana que viene los puestos de recepción. Dispuestos en zona sur y oeste atenderán únicamente de 8 a 14. Esta mañana la intendenta Mónica Fein oficializaba la iniciativa en el Palacio de los Leones acompañada del ministro de Seguridad Raúl Lamberto y autoridades del Registro Nacional de Armas (RENAR).
Según informaron desde la Municipalidad a través de un comunicado, el cronograma de puestos itinerantes de recolección de armas comenzará la semana que viene, desde el lunes y hasta el miércoles en el Club Atlético Olegario Víctor Andrade; y proseguirá el jueves y viernes en la Vecinal Azcuénaga, Mendoza 5260. El horario de atención en todos los casos es de 8 a 14.
Entre los fundamentos de la campaña se recordó que las armas de fuego pequeñas y livianas constituyen verdaderas “armas de destrucción masiva”. En Argentina, el Renar relevó aproximadamente 1.200.000 armas de fuego en posesión de legítimos usuarios, de las cuales el 60 por ciento se halla en posesión de particulares. Sin embargo, el último informe de la Dirección de Política Criminal se estima que las armas no registradas duplicarían a las legales.
Otro estudio, comandado el año pasado por la Facultad de Ciencia Política (UNR) determinó que la razón principal para la tenencia de arma es por algún motivo de defensa; no obstante en el país las armas de fuego se convirtieron en la segunda causa de muerte violenta, después de los accidentes de tránsito.
Incentivo económico
El incentivo económico entregado a cambio del arma de fuego y municiones oscila entre los 200 y 600 pesos, dependiendo del calibre del arma.
La entrega es anónima, por lo que no se solicitan documentos personales al momento de realizar la entrega del arma ni para retirar el cheque. Los únicos datos que se toman son la serie del arma, tipo y calibre, con el fin de cotejar estos datos con el registro existente. Las armas con procesos judiciales pendientes son separadas y quedan sujetas a los procesos administrativos correspondientes.
Una vez entregadas, las armas son inmediatamente inutilizadas, para luego ser destruidas en un acto público. El material resultante de la destrucción se funde y se dona a la Fundación del Hospital Garrahan.