Después que este fin de semana la cárcel de Piñero tuvo su primer muerto, cuando un interno de 29 años falleció tras recibir un chuzazo de otro en el interior de uno de los penales. Antonio Tesolini, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), manifestó en declaraciones a Radio 2 que “el penal tiene serias deficiencias estructurales”.

 

Aunque la cárcel de Piñero cuenta con un moderno sistema de seguridad –que incluye cámaras que filman en todo momento– no alcanzó para evitar el crimen.

 

“Se inauguró con una gran improvisación y como todo lo que se hace desde las políticas penitenciarias primó la emergencia”, señaló Tesolini.

 

En este sentido, el miembro de la CTC remarcó que “desde que la conocí cuando ya estaba inaugurada noté que es una cárcel que se llueve por dentro, hubo que poner láminas para que se deje de inundar. Si un detenido baldea su celda se inunda la de abajo y si se baldea un pabellón se inunda el contiguo”.

 

Pero Tesolini no sólo enumeró las deficiencias que la cárcel de Piñero inaugurada en marzo tiene a nivel de la estructura edilicia. “La cocina está a más de 500 metros del lugar donde los detenidos comen, por lo tanto los alimentos siempre llegan en malas condiciones. Hubo no sólo quejas de detenidos sino también de guardicárceles por las condiciones en que tienen que comer”, contó.

 

En el penal de Piñero, distante a 15 kilómetros al sur de Rosario –cuya construcción continúa–, se hallan alojados actualmente unos 140 reclusos.

 

Para Tesolini “la población carcelaria es conflictiva y después de lo ocurrido el 11 de abril enn Coronda se trabajó con una lupa para evitar todo tipo de conflictos”. Y añadió. “Pero entre las mayores carencias de la cárcel de Piñero está la falta de planificación de la educación y los talleres al interior del penal”.