La coalición de centroizquierda en el poder, La Unión, pidió hoy al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, que envíe inmediatamente al dimitido gobierno de Romano Prodi al Parlamento para que se someta a un voto de confianza, al considerar que tienen los apoyos suficientes para garantizarle estabilidad.

El rinvio alle Camere, una de las opciones constitucionales, fue pedido por todos los partidos que forman La Unión, que hoy fueron recibidos por Napolitanos en su segundo y último día de consultas para encontrar una solución a la crisis abierta hace dos días cuando Prodi dimitió después de que el Senado rechazara su política exterior.

A la espera de conocer la decisión de Napolitano, los partidos de La Unión aseguraron que tienen los votos necesarios no sólo en la Cámara de Diputados –donde cuentan con mayoría absoluta– sino también en el Senado, donde tiene 158 senadores, frente a los 156 que dispone la coalición conservadora.

El Senado se ha mostrado hasta ahora como el punto negro donde ha resbalado el Ejecutivo, debido a esa exigua mayoría.

"Hemos pedido a Napolitano el inmediato reenvío del gobierno al Parlamento. Consideramos que se dan las condiciones para que logre el voto de confianza y pueda continuar su camino de reformas", dijo Piero Fassino, líder de los Demócratas de Izquierda (DS), el primer partido de La Unión, tras entrevistarse con el Jefe del Estado.

Fassino subrayó que el país necesita que la actividad del gobierno prosiga, "tanto en el ámbito económico como en el internacional".

Franco Giordano, líder de Refundación Comunista, también recibido por Napolitano, expresó su plena confianza en el gobierno Prodi y afirmó que "no hay alternativas" al mismo y que la salida a la situación creada es que el Ejecutivo se presente de nuevo ante el Parlamento para someterse al voto de confianza.

Giordano aseguró que "se dan las condiciones" para que la actual mayoría en el poder obtenga la confianza y dio por seguro que en esta ocasión todos los parlamentarios de La Unión votarán en bloque y lo harán durante toda la legislatura.

El líder comunista se mostró contrario a otras hipótesis, como un gobierno institucional, es decir, no salido de las urnas, o de amplia mayoría, es decir, que a La Unión se unieran otros partidos.

Los Verdes también expresaron su apoyo a Prodi, afirmando que el Ejecutivo debe proseguir su acción de saneamiento económico del país.

Antonio Di Pietro, líder de la aliada Italia de los Valores (IDV), se mostró igualmente a favor de que Prodi se presente "inmediatamente" en el Parlamento para pedir el voto de confianza.

Di Pietro aseguró que La Unión tiene los números (votos) para garantizar el gobierno de Prodi y agregó que espera que todos los partidos de la coalición después de lo sucedido –que el gobierno cayera en parte por la negativa de dos senadores comunistas a votar la política exterior del gobierno– "hayan sacado conclusiones".

Francesco Rutelli, líder de los centrista de la Margarita, insistió en que Prodi debe continuar con este Gobierno y Clemente Mastella, del pequeño partido democristiano Udeur, también apoyó que Napolitano mande a Prodi al Parlamento con el mismo Ejecutivo.

El presidente Napolitano también consultó hoy con los partidos del centroderecha, que se mostraron contrarios a la formación de un nuevo gobierno liderado por Prodi, pero se dividieron a la hora de encontrar una solución.

Silvio Berlusconi, el líder de la coalición y de Forza Italia, dijo que por el "bien de nuestro país" habían pedido que no se produzca "una nueva formación de un Ejecutivo que ya ha hecho demasiados daños".

Tras conocer la petición de La Unión, Berlusconi dijo sentirse muy preocupado si vuelve Prodi.

La Liga Norte fue el único de la oposición conservadora que pidió claramente nuevas elecciones generales.