La chica de San Luis que tiene anorexia, tiene 21 años, mide 1,65 metros de estatura y pesa menos de 30 kilos. Y aunque se encuentra internada por un profundo cuadro de desnutrición se siente gorda, según fuentes médicas.

La joven, que está hospitalizada en un centro de salud de Mendoza, ya había estado internada en su provincia en otras oportunidades por la misma enfermedad.

Acompañada por su madre, la chica recibió atención otras veces pero nunca llegó a completar los tratamientos con éxito, porque uno de los problemas de esta enfermedad es que el paciente no asume su condición.

En este caso, a riesgo de perder la vida, la enferma llegó a pesar lo normal para una niña de 6 años, entre 28 y 30 kilos, cuando por su talla y edad debía pesar 60 kilos, afirmaron los especialistas.

"Ella aducía que estaba bien y que sólo estaba excedida de peso ya que, afirmaba, tenía que pesar no más de 30 kilos", relató Julio Quevedo, el doctor que la atendía en San Luis.

El médico dijo que si bien la paciente se estaba recuperando se decidió trasladarla para que reciba una atención especializada en anorexia, que incluya tratamiento médico, psicológico, psiquiátrico y nutricional.

"Había llegado al grado máximo de desnutrición que le permite su cuerpo, con una deshidratación muy severa y puso en riesgo su vida", confirmó Quevedo.

El médico aclaró que en San Luis "se la trató y se la compensó, además de suministrarle alimentación parenteral y por boca; incluso empezó a ingerir yogur, jugos de frutas y otros alimentos", detalló.

Por su parte, la madre de la joven declaró a los medios que nunca recibió ayuda de las autoridades para sacar a su hija de esta patología alimentaria. Aunque se mostró preocupada la madre de la chica señaló que “siempre estuvo sola en esto, que el padre de la joven nunca la ayudó y que no sabía para dónde ir, ni siquiera por el lado legal le daban respuestas".