“La Universidad es una institución con historia, pero también con mucha inercia, con mucho lastre y tiene una enorme dificultad para reubicarse en una sociedad de la información y del conocimiento, pero también en la que el conocimiento se rige por las lógicas de mercado”, afirma el académico Jesús Martin Barbero, autor de obras referenciales en materia de estudios de comunicación y cultura desde una perspectiva latinoamericana.

En esta línea y en perfecta sintonía con el tema de su conferencia (“Poner a comunicar la Universidad con su sociedad”), Barbero sostuvo que la crisis que hoy atraviesa la institución universitaria obedece a que no ha sabido acompañar los cambios sociales.

El especialista considera que la Universidad está “muy atada” al mercado. Entonces, propone repensar el lugar del conocimiento y de su producción, a través de una Universidad que asuma el compromiso de “romper con la cooptación del mercado y ofrecer a su sociedad pistas y líneas de investigación y de producción en tanto y en cuanto nación”.

En su pensamiento, la Universidad tiene un rol muy importante en todos los ámbitos y en cada una de sus respuestas explicita los desafíos que debe afrontar esta institución, especialmente la pública.

Barbero Doctor en Filosofía por la Universidad de Lovaina (Bélgica), y realizó sus estudios de posdoctorado en Semiótica y Antropología en la Escuela de Altos Estudios de París. Asimismo, se desempeñó como investigador Asociado en la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid.

Fue director y profesor investigador del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad del Valle de Cali (Colombia). Presidió la Asociación Latinoamericana de Investigadores de Comunicación (Alaic) y se desenvolvió como secretario de la Comisión de Medios de Comunicación del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), entre otros importantes puestos de conducción, investigación y asesoramiento.

“Las universidades no están preguntando a los alumnos cuando llegan con qué bagaje lo hacen. Da por sentado que es como hace 30 años. Estudiantes y punto. Y les hace preguntas en función de los mismos parámetros de hace tres décadas, cuando sabemos que la circulación de la información está descolocando esos saberes y permite que los alumnos lleguen con mucho más bagaje. Creo que el desafío es que la universidad dedique el primer año a acompañar los procesos de los estudiantes para saber realmente qué significa leer, qué significa aprender, qué significa soñar y qué significa inventar para ellos”, advirtió el investigador.

Barbero reconoció que mucha gente hoy “puede encontrar su lugar de trabajo desde su casa, desde su computador, desde Internet, pero indudablemente nuestra sociedad todavía está muy atrasada para eso”. Y agregó: “no podemos mirar sólo lo que pasa en el mundo de las nuevas tecnologías desde el punto de vista del enriquecimiento cultural, sino hay que ver las posibilidades que esas nuevas tecnologías tienen en términos de cualificación profesional. Y aquí, la Universidad tiene un rol que jugar”.

Defendió, además, la pertinencia sobre si las universidades y las escuelas de comunicación “están preparando personas con capacidad de hacer esa televisión que necesitaría la gente como alternativa a la pura televisión privada o a la pura televisión extranjera banal”. Porque hoy la industria “sigue buscando talentos, personas con ideas que quepan en los formatos que ellos han atestiguado que son rentables”.

Fuente: Universidad Nacional de Córdoba