El comité, que hoy celebra su última reunión pública, debe emitir el informe correspondiente antes del 31 de agosto. Si se inclina por abandonar el objetivo lunar y Obama está de acuerdo, se pondrá también patas arriba toda la actividad tripulada de la Nasa.

Según expresa hoy una nota publicada en el portal español El País resumiento lo que está pasando con las actividades espaciales en los Estados Unidos, no se puede ser una potencia espacial contando los céntimos.

Como prestidigitadores, los miembros del comité tienen que jugar con un número fijo de elementos: los actuales del programa espacial tripulado de EE.UU., que no se puede cerrar de golpe (transbordadores, estación espacial, las naves rusas para trasladar astronautas y provisiones) y los futuros que permitan volver a la Luna y, además, con el presupuesto limitado.

Obama fijó como límite presupuestario 80.000 millones de dólares de aquí al 2020, 28.000 millones menos de los que Bush anunció como adecuados durante su Gobierno.

Tras estos números, el comité elaboró una lista de siete opciones, tres de las cuales se incluyen en el marco presupuestario y cuatro no, y ninguna de ellas prevé llegar a la Luna en 2020.

En la mayoría de ellas, además, se replantea el programa actual, incluidos los cohetes Ares, a favor de cohetes comerciales como el Atlas 5 y el Delta 4, o de nuevas versiones del transbordador.

En el programa presupustario de Bush los astronautas debían empezar con estancias de una semana y alargarlas paulatinamente mientras exploraban los recursos disponibles para construir una base permanente Pero al parecer no hay dinero para que esto suceda.