La depresión posterior al accidente cerebrovascular (ACV) es prevalente, afecta la recuperación de los pacientes y disminuye su calidad de vida, aunque aún no se estableció claramente su tratamiento.

La depresión es una secuela que afecta a un tercio de los pacientes que sobreviven a un ACV y se asocia con menor respuesta a la rehabilitación, disminución de las actividades sociales y retraso en la reincorporación a las actividades habituales. Además, representa mayor gasto de los recursos de salud y un aumento de la incidencia de episodios posteriores de ACV e infarto cardíaco.

La eficacia de los antidepresivos (generalmente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) administrados por períodos cortos ha sido variable, y en una revisión Cochrane reciente se señaló que a pesar de que estos fármacos mejorarían el humor, no habría una evidencia clara de remisión de la depresión.

Por ello, en este ensayo aleatorizado se evaluó el efecto a largo plazo (un año) de los antidepresivos y de una intervención de terapia psicosocial y de comportamiento breves, como tratamiento de la depresión luego del ACV. El estudio incluyó 101 pacientes con diagnóstico clínico de depresión y con un antecedente de ACV isquémico en los cuatro meses anteriores.

La mitad de estos pacientes recibió los cuidados habituales que incluyó tratamiento con antidepresivos, mientras que la otra mitad, además de recibir la misma medicación, concurrió durante nueve meses a sesiones de terapia psicosocial y de comportamiento.

Este tipo de intervención se adaptó a partir del protocolo utilizado en el tratamiento de la depresión en la enfermedad de Alzheimer y consistió principalmente en enseñar a los pacientes a percibir sus síntomas de depresión como modificables. El objetivo fue aumentar el placer de las actividades diarias y aprovechar así la mejoría del humor provocada por los fármacos.

Los autores observaron que, tanto inmediatamente después del tratamiento como luego de un año, los pacientes del grupo que recibió antidepresivos y psicoterapia presentaban mejor condición general y el porcentaje de pacientes en remisión era mayor. Recién luego de dos años de tratamiento, el grupo que solamente recibió antidepresivos alcanzó un porcentaje de remisión similar. De esta manera, este estudio brinda un nuevo enfoque para el tratamiento de la depresión posterior al ACV.

Fuente: Medicina Geriátrica