En momentos en que la mundialización está impulsando una mezcla de culturas sin precedentes a nivel internacional, invertir en la diversidad cultural puede “renovar nuestros enfoques del desarrollo sostenible, garantizar el ejercicio eficaz de las libertades y los derechos humanos universalmente reconocidos y fortalecer la cohesión social y la gobernanza democrática”, según el nuevo Informe Mundial de la UNESCO que será dado a conocer públicamente el 20 de octubre.

La presentación pública de este informe, titulado “Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural”, tendrá lugar en el transcurso de un acto que se realizará ese día en la Sala II de la sede de la UNESCO, en París.

El informe analiza todos los aspectos de la diversidad cultural, que en los últimos decenios se ha convertido en un centro de interés clave para la comunidad internacional, y esboza nuevos enfoques para efectuar un seguimiento de las transformaciones en curso y darles forma. En particular, pone de relieve la conexión entre los desafíos de la diversidad cultural y el diálogo intercultural, y también destaca cómo las potentes fuerzas homogeneizadoras se corresponden con tendencias persistentes a la diversificación.

En el informe se proponen, además, 10 recomendaciones para la elaboración de políticas que se centran en las formas de invertir en la diversidad cultural y están dirigidas a los Estados, las organizaciones internacionales y regionales, ya sean intergubernamentales o no gubernamentales, las instituciones nacionales y las entidades del sector privado.

Al destacar la importancia de la diversidad cultural en distintos ámbitos –las lenguas, la educación, la comunicación, las nuevas tendencias de los medios de información, la creatividad y los mercados– y al apoyarse en datos y ejemplos acopiados en todo el mundo, el informe, que también está destinado al público en general, ofrece una visión coherente de la diversidad cultural y muestra que ésta no sólo dista mucho de representar una amenaza, sino que puede contribuir muy positivamente a la acción de la comunidad internacional.

Aunque a la diversidad cultural se le concede a veces una importancia secundaria, debe ocupar un lugar central en las políticas de promoción de la cooperación internacional y de cohesión social, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. La diversidad cultural puede aportar una contribución específica al programa de desarrollo y paz basado en “la unidad dentro de la diversidad”.

Fuente: UNESCO