Matemático, docente universitario y periodista, Leonardo Moledo disertó en la apertura del curso de “Profundización en comunicación de la ciencia”, organizado por la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba.

“Todos hablan sobre la distancia entre la ciencia y lo que se dice sobre ella; cómo llevarla al público. En este contexto, el modelo vigente plantea tres actores distanciados entre sí, donde los comunicadores entrevistan a los científicos, escriben su artículo y el lector accede a un texto que olvida brevemente. Este paradigma no puede ser cambiado ni mejorado, hay que quebrarlo y ésa es mi intención”, señaló el periodista.

Respecto a uno de los mitos más mencionados, según el cual la divulgación científica ayuda a “educar y enseñar a la población ignorante”, el matemático reconoció cierto aporte en este sentido, pero relativizó su efectividad. “Los diarios reciben gacetillas de los institutos científicos, pero mayormente las descartan porque desconocen sobre qué tratan”, sentenció.

También desacreditó parcialmente la hipótesis de que un texto de divulgación ayude a tomar decisiones. A su criterio, una buena divulgación no le permitirá al ciudadano decidir sobre una política, sólo le entregará herramientas para que pueda evaluar mejor aquellas que se le proponen.

Más adelante, Moledo minimizó la idea de que la comunicación de los resultados obedezca únicamente a la necesidad de los investigadores de obtener financiamiento para sus trabajos, una idea que se asienta sobre la convicción de que cuanto mayor consenso exista sobre el desarrollo del sistema científico menos complicado se torna conseguir fondos. Y también descartó que la ciencia sea siempre noticia. “Eso es falso y casi nunca ocurre. Es rarísimo, puede suceder ante el descubrimiento de una vacuna, pero ¿cada cuánto ocurre esto?”, se preguntó.

A su tiempo, explicó la razón esencial que sostiene la importancia de divulgar. "Hay que difundirla porque la ciencia es un derecho social, al menos en la concepción de sociedad que tengo", afirmó. Y explicó que se trata de un derecho social porque la ciencia es producida por los científicos, pero en un contexto: los investigadores trabajan con lo que saben, que es parte del acervo común de la sociedad. "Cuando un astrónomo observa el cielo lo hace con una aparato que no construyó y cuya historia no tiene nada que ver con él. Por ello la ciencia funciona sólo en un contexto, inmersa en una cultura. Y la cultura no es propiedad de un científico", agregó.

En sus palabras, que funcione imbuida en una cultura implica que también se ve atravesada por los prejuicios vigentes. Un ejemplo claro proviene del siglo XIX, cuando todos demostraban que los negros y las mujeres eran inferiores. "Uno trabaja con los prejuicios que tiene, pero también con los que desconoce y eso es muy importante", remarcó.

Y agregó: "El científico desarrolla su actividad con la cultura de su época, y si la ciencia surge de la cultura, la ciencia es pública por definición; no puede haber ciencia privada, de hecho nunca lo fue: se puede copiar, se puede imitar. Como ciencia se fabrica con la cultura acumulada, entonces la ciencia es pública", cerró.

En otro tramo de su alocución avanzó sobre la relación entre la producción de conocimiento y la comunicación. "El experimento tiene que ser reproducible, tienen que poder mirarlo otros, tiene que ser público. Por eso la leyenda de Galileo tirando las dos pelotas de la Torre de Pisa. Eso no ocurrió, es una mentira, pero refleja que si nadie puede probar algo como yo lo hice, entonces no tengo nada". Según esta línea de pensamiento, lo primero que tiene que hacer un científico cuando demuestra algo es comunicarlo, simplemente para que otros puedan corroborar su descubrimiento.

En esa línea, Moledo subrayó que cuando uno comunica la ciencia, sólo cumple un rol en su desarrollo. “Por eso el comunicador tiene que asumirse como un científico. Esto puede parecer raro, pero es la frase que yo uso: la comunicación, la divulgación científica es la continuación de la ciencia por otros medios”, expresó.

En el mismo sentido, recordó que todos los científicos son conscientes de la importancia de publicar un paper para continuar en su condición de investigadores. Comunicar es el segundo trabajo inmediato que deben realizar, no es una tarea lateral sino esencial para que la ciencia exista. “Siempre hay comunicación pero entre los científicos, lo que nosotros queremos hacer es que eso se extienda por razones legítimas y suplantando falencias en la educación científica formal”, completó.

En su presentación, Moledo avanzó sobre los prejuicios que existen en la sociedad respecto a la ciencia y las dificultades que se esgrimen para justificar un desinterés en ella. Descartó que el uso de una jerga específica impida acceder a los conocimientos científicos, desde el momento que toda actividad posee una jerga que no es otra cosa que un idioma que puede ser aprendido.

Fuente: UNC