Las afecciones cardiovasculares y la enfermedad crónica de las encías se caracterizan por ser de difícil detección debido a su falta de síntomas en sus primeras etapas de desarrollo.

Dicha característica no es algo que tengan en común por simple casualidad ya que, según datos científicos, ambas podrían tener una relación a través de un mecanismo bacteriano, el cual crea una conexión entre ambas.

Se sabe que los diagnósticos de enfermedades cardíacas han aumentado de forma considerable en los últimos años y muchos de sus factores de riesgo están asociados con todo lo que tiene que ver con la alimentación y el estilo de vida sedentario.

Sin embargo, un posible desencadenante que aún muchos desconocen son las afecciones crónicas de las encías que, por los efectos de una bacteria, puede. incluso convertirse en el origen de un ataque cardíaco.

La investigación

El estudio fue realizado por un grupo de investigación de la Universidad de Orebro, en Suecia, y fue publicado por la revista Infection and Immunity.

Según los datos de la investigación, la actividad de una bacteria llamada Porphyromona gingivalis podría alterar las células implicadas en los mecanismos que provocan la arteriosclerosis y la aterotrombosis, patologías que aumentan el riesgo de padecer un ataque cardíaco repentino.

La bacteria Porphyromona gingivalis es una de las causas principales de periodontitis, infección crónica de las encías que daña el tejido blando que rodea los dientes y ataca el hueso que los soporta.

En estudios previos ya se había encontrado la presencia de esta bacteria dentro de la placa de la arteria coronaria de los pacientes que sufrieron un ataque al corazón, y de hecho, en investigaciones realizadas con animales se demostró que su acción puede desencadenar y acelerar la aterosclerosis en la aorta y otras arterias principales del sistema.

Importancia de conocer las enfermedades periodontales

El conocimiento de las infecciones causadas por la bacteria Porphyromona gingivalisy otros gérmenes es la clave principal para lograr su prevención.

La periodontitis es un término que agrupa el conjunto de afecciones inflamatorias que comprometen los tejidos de alrededor del diente y que fijan el diente al tejido óseo que rodea las raíces dentales.

Se trata de una infección crónica progresiva que da lugar a brotes periódicos de destrucción originados por bacterias, las cuales crecen indebidamente en la boca como resultado de la predisposición genética o los malos hábitos de higiene bucal.

El gran problema de esta enfermedad es que evoluciona día a día de manera silenciosa y el paciente suele darse cuenta cuando ya está en una fase bastante avanzada.

Sus primeras etapas se caracterizan por la aparición de síntomas inflamatorios, cuya denominación clínica es gingivitis.

Entre los signos que permiten encender las alertas cabe tener en cuenta:

- Enrojecimiento e hinchazón de la encía.
- Sangrado de la encía al cepillarse los dientes.
- Dolor leve.

Cuando existe total descuido o por otras razones no se logra controlar, la afección evoluciona a una segunda etapa, donde la encía se despega del diente formando las bolsas periodontales y provocando otros síntomas como:

- La retracción o merma de las encías.
- Sensación de dientes más largos.
- Movilidad de los dientes.
- Separación entre los dientes.
- Cambio en la forma de encajar los dientes al morder.
- Aumento de la sensibilidad dental.
- Dolor de encía.
- Aparición de abscesos.
- Mal aliento.

Gran parte de las enfermedades periodontales pasan desapercibidas y solo se logran diagnosticar mediante un examen odontológico. Por ello, se aconseja visitar con regularidad al dentista y reforzar todo lo que tiene que ver con la higiene bucal.

¿Se puede reducir el riesgo?

Las enfermedades de las encías y las afecciones cardíacas coinciden en algunos factores de riesgo que también podrían explicar su relación. Estos incluyen:

- El consumo de tabaco.
- La diabetes.
- La obesidad.
- El estrés.
- La diabetes mal controlada.

Los riesgos de padecer consecuencias por ambas patologías se pueden reducir de forma considerable si adoptamos un estilo de vida saludable.

En ambos casos la higiene tiene un papel determinante, ya que es el método más efectivo para hacerle frente a las bacterias.

Por ello es muy importante mantener la boca sana mediante el uso de cepillo e hilo dental y, si es posible, algún tipo de enjuague.

También resulta relevante informar al médico y al odontólogo sobre estas afecciones para así recibir un tratamiento adecuado.

Fuente: mejorconsalud.com