Es difícil asumir la situación de tener un hijo enfermo con necesidad de medicación de por vida; pero mucho peor es no poder proveerle el remedio que precisa. Es el caso de Patricia, cuyo hijo de 20 años sufre epilepsia y recibe medicación para trastornos neurológicos desde hace tres.

 

Ella explica que hace dos semanas, junto a otras madres que concurren habitualmente al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, se encontraron con la novedad de que “los medicamentos estaban escaseando”. Su hijo toma Logical 400 y “como no había suficiente para todos los pacientes que lo necesitan, ya habían empezado a ralearlo”, cuenta Patricia. Pero la sorpresa fue hoy cuando llegó al hospital como siempre a retirar Sabril 500 en forma gratuita y le dijeron que “no hay más porque no hay plata para comprarlo”. La caja de 60 comprimidos de ese fármaco cuesta en farmacias 220 pesos y su hijo la consume en 24 días. “No sé cómo vamos a hacer –se desespera Patricia– porque nosotros somos gente humilde y ya compramos por nuestra cuenta otros medicamentos para él. La neuróloga dice que ese medicamento no se puede discontinuar”.

 

Los padres de los otos pacientes se encontraron con respuestas similares a la que debió soportar Patricia. Los médicos les dicen que la entrega de medicamentos no depende de ellos, por lo que los padres se han unido para empezar a comprar en una farmacia de Granadero Baigorria que les fracciona la medicación por tabletas de acuerdo a las posibilidades del bolsillo de cada uno. ¿La salud pública provincial? Bien, gracias.