Aprender cosas nuevas y desafiarse con ejercitación; ordenarse y adoptar herramientas para enfrentar el vértigo de la vida cotidiana son consejos que los especialistas ofrecen a los cada vez más jóvenes pacientes preocupados por la falta de memoria, un mal que antes se creía que era "cosa de viejos" y hoy, con el ritmo de las grandes ciudades afecta a personas que muchas veces tienen menos de 50 años.

"Cada vez son más los jóvenes que consultan por problemas de memoria. No pasan de los 50 y pico", dijo a Télam Laura Bottini, presidenta de Integra Calidad de Vida, una asociación civil que organiza talleres grupales para revertir el problema.

Estos pacientes, explicó, "son mujeres que atienden varios frentes, empresarios o personas muy exigidas que buscan ayuda al darse cuenta que no pueden responder a las demandas cotidianas, o se olvidan de lo más importante que debían hacer en el día".

"El tema de la memoria tiene su razón de ser: la multiplicidad de roles y la multiestimulación hacen que “por suerte” la mente olvide lo que no puede asimilar, selecciona y descarta, pero a veces esa selección no tiene que ver con la prioridad que tiene en ese momento la persona", señaló Bottini.

Una de las propuestas de la especialista para grupos de personas de mediana edad que acuden a la asociación es revisar la problemática para finalmente incorporar herramientas y tips que ayuden en el día a día.

"Listar, agendar, marcar prioridades, son algunas de las indicaciones que llevan a un “ordenarse” que alivia la angustia y los conflictos", aseguró Bottini y destacó la importancia del "manejo del tiempo", o para "dejar de ver tanto el árbol para pasar a ver el bosque".

Los especialistas coinciden en que la memoria puede entrenarse como los bíceps o los abdominales. La bioquímica Silvia Moos, presidenta de Klik Mental Fitness, un programa para mejorar las funciones cognitivas, dijo a Télam que "antes se creía que las neuronas no se recuperaban".

"La ciencia descubrió la neuroplasticidad" señaló, y esta "reveló que los hechos que ocurren a nuestro alrededor producen cambios físicos en el cerebro continuamente".

Los jóvenes que advierten problemas de memoria frecuentemente consultan por temor al Mal de Alzheimer, pero "no es lo mismo perder las llaves que no saber para qué sirven", ejemplificó la especialista al distinguir síntomas de una función cognitiva alterada por stress y una enfermedad como el Alzheimer.

Según Moos,"la ejercitación de los circuitos neuronales puede prevenir y postergar esas enfermedades, que obviamente también tienen un componente genético".

"Pero lo revolucionario -agregó- es que "poner a las neuronas a hacer gimnasia" revierte síntomas como falta de atención o de concentración, porque las células tienen plasticidad, cambian de forma y se activan.

"Cuando uno entrena se enfrenta a desafíos, aplica estrategias que elevan el umbral del stress, -necesario para activar las hormonas que le permiten `al cazador enfrentar al león`-, pero cuando el riesgo pasa, el stress también debe terminar", indicó Moos.

Algunos de lo ejercicios especialmente pensados para activar esos circuitos son deletrear las palabras de atrás hacia delante sin mirarlas, observar y tratar de mirar una figura con un pensamiento flexible e identificar partes de una imagen.

Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro estimó que "la evaluación precoz y rápido tratamiento pueden prevenir un posible deterioro de la memoria y recuperar ésta a niveles previos de funcionamiento".

El neurólogo coincidió en que "son múltiples las causas que pueden presentar trastornos de la memoria" pero enfatizó que en los jóvenes los cuadros son provocados por la ansiedad, el estrés, y la depresión y que esos procesos pueden revertirse.

Fuente: Télam