Una investigación exploratoria realizado por Patricia Masalán, profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Católica de Chile, analizó la calidad y hábitos de sueño de 242 universitarios mediante una encuesta online aplicada en el marco del curso "Promoción, prevención y recuperación del sueño". La investigación afirma que los procesos cognitivos se fijan durante el sueño. Por lo tanto, es muy negativo que los estudiantes se queden toda una noche estudiando. Su rendimiento no será optimo.

El sondeo arroja que, en general, los estudiantes duermen en promedio ocho horas, cifra que baja casi a la mitad en el día anterior a una prueba o a la entrega de un trabajo importante. A esto se suma que los jóvenes tienen hábitos que son incompatibles con un buen dormir, como horarios inadecuados para levantarse y acostarse, estudiar en la cama o hacer trabajos en la pieza que tiene equipos de música, TV y PC. "Este estudio corrobora lo que vemos en la clínica: el 70% de los jóvenes se puede calificar como un “mal dormidor”. Al preguntarles cómo evaluarían su calidad de sueño, el 45% indica que el sueño no lo repone lo suficiente, el 18% que despierta cansado y el 7% que en la mañana se siente totalmente cansado", dice Patricia Masalán.

Esto se relaciona con las horas dedicadas a dormir, complementa la experta, pero también a que los jóvenes subestiman las horas de sueño que necesitan para recuperarse luego de pasar noches completas despiertos o tras dormir muy pocas horas. "Sabemos, por muchos estudios, que los procesos cognitivos se fijan durante el sueño. Por lo tanto, es muy negativo que los estudiantes se queden toda una noche estudiando. Su rendimiento no será optimo".

Si los estudiantes duermen mal, el resultado es una frecuente somnolencia diurna: el 26% confiesa que siempre siente sueño en clases, el 60% a veces y el 25% dice que no es raro que se queden dormidos en clases. Pero si esta tendencia a dormir poco y en malas condiciones se mantiene en el tiempo, los riesgos aumentan, por ejemplo, alterándose el ciclo normal sueño-vigilia.

Otro mal hábito del sueño detectado en los estudiantes fue el consumo de estimulantes para no dormir. El 84% declara consumir a diario o varias veces por semana bebidas cola y 53% se inclina por el café. Con un consumo reducido aparecen también las bebidas energéticas.

A pesar de ser un estudio preliminar, la académica Patricia Masalan explica que los resultados fueron comparados con otras investigaciones realizadas con estudiantes en diferentes universidades del mundo.

Por ejemplo, un sondeo realizado con 384 estudiantes de la Universidad Nacional del Nordeste de Argentina reveló que 8 de 10 alumnos duermen mal. A un resultado similar llegaron investigadores de las universidades Autónoma de Madrid y North Central (EE.UU.), entre otras.

La profesora Patricia Masalán recomienda seguir algunos "trucos" antes de trasnochar y así no alterar el reloj interno. Si esa noche los jóvenes saben que deben estudiar o hacer un trabajo hasta muy tarde en la noche o tendrán una salida nocturna, lo ideal, sugiere la experta, es acumular horas sueño. "Es decir, dormir una gran siesta (4 horas), y al terminar las obligaciones académicas calcular las horas que normalmente se duermen. Por ejemplo, si llegó a las 5 de la mañana y duerme 7 horas, debe despertar a las 12:00, exponerse al sol y no dormir siesta ese día. De esa forma no le quitará horas de sueño al día que viene".

Fuente: El mercurio