Los adolescentes que duermen poco son mucho más propensos a desarrollar cuadros de depresión y a tener pensamientos suicidas que aquellos jóvenes que se acuestan temprano y duermen lo suficiente, es decir, unas ocho horas o incluso más.

Un nuevo estudio de la Universidad de Columbia, difundido en Estados Unidos, hizo este llamado de alerta esta semana en la última edición de la revista “Sleep”.

La investigación científica se realizó gracias a la participación voluntaria de 15.659 estudiantes de enseñanza primaria y media, a quienes se les monitorearon sus patrones de sueño periódicamente.

El estudio reveló que el riesgo de depresión entre los adolescentes que habitualmente se van a acostar después de la medianoche es hasta un 24% superior al de los que se van a la cama antes de las 10 de la noche.

Además, los científicos detectaron que los adolescentes que se van a acostar muy tarde –o incluso de madrugada– tienen hasta un 20% más de riesgo de tener pensamientos suicidas.

“Los resultados de este estudio aportan la prueba suplementaria de que un sueño breve podría jugar un papel en el análisis de las causas de la depresión”, explicó el profesor James Ganwich, líder del estudio científico.

Según él y sus colegas del la Universidad de Columbia, enviar a los adolescentes a acostarse más temprano podría, por ende, protegerlos de la depresión y de las ideas suicidas. Este es el consejo del equipo científico para los padres o encargados de los muchachos. El investigador Ganwich también recordó que todos los excesos son nocivos. Dormir demasiado tampoco es sano.

Fuente: Journal Sleep