El astro pop británico Robbie Williams fue ovacionado esta noche por unas 60 mil personas, principalmente mujeres, que colmaron de gritos y emoción el estadio River Plate de la ciudad de Buenos Aires, en el potente concierto que arrancó con el tema "Radio".

Llamaradas de fuego anunciaron el inminente ingreso del británico que emergió al escenario del Monumental, ante los gritos frenéticos de miles de adolescentes que corearon tambien el segundo tema de la noche, el muy radiado rock "DJ".

El delirio y la emoción se apoderaron del primero de los dos conciertos del polémico y ultra tatuado británico en Argentina, en el marco de su gira "Close Encounters Tour", que lo trajo a Sudamérica.

Con localidades agotadas (desde 105 pesos la más barata), Robbie se mostró eléctrico, hiperquinético y festivo, acompañado en el escenario de seis músicos, seis coristas y el cantante invitado Jonathan Wilkes, en la que fue la misma formación que mostró en Chile.

Fueron necesarios ocho containers para traer al país todo el material que ayudó a dar vida al espectacular escenario montado en River Plate, con 130 equipos de iluminación móviles de última tecnología, consolas y pantallas gigantes y un circuito cerrado de televisión.

A los 30 años, el ascendente y escandaloso Williams se convirtió en una de las más grandes estrellas pop de los últimos años, con ocho discos editados, más de 60 millones de copias vendidas en el mundo (500 mil en Argentina), en medio de internaciones y tratamientos contra las drogas y el acohol.

El niño terrible del pop llegó para presentar su más reciente disco, "Intensive care", y adelantar algunos del próximo, "Rudebox", pero sin dejar de repasar temas de placas anteriores.

Luego de su paso por Argentina en 2004, cuando sólo dio un recital para un canal de televisión, Robbie finalmente complació a su miles de fans locales, que hicieron interminables filas fuera del estadio, desde entrada la mañana del viernes, para ver el recital de su ídolo pop (que repite esta noche)

El sex-symbol de Robbie incursionó en géneros tan variados como el brit-pop, el soul y el funk, además de las baladas románticas de Take That, la banda británica que lo lanzó al estrellato en 1990, o los standars de jazz que grabó acompañado por una big band, que se editaron bajo el título de "Swing when you’re winning" en 2001.

El carismático inglés, con dotes de showman, ocupa en Buenos Aires la suite imperial de dos pisos del Hotel Faena (por 3.500 dólares la noche), equipada con televisores pantalla plana LCD de 42 pulgadas, living, comedor, un jacuzzi gigante, cocina y horno, freezer y una playstation 3 de la que, dicen, no se separó los días previos al show.