Cuando de partidos de fútbol se trata, muchas veces la historia es un jugador más a la hora de entrar a la cancha. Es que las selecciones que se llevaron más trofeos en su carrera o más veces vencieron a su oponente suelen llegar al encuentro con un “halo” ganador que, a la hora de meter goles, se hace sentir. Sin embargo, en el caso de Argentina y Alemania la historia beneficia a los dos equipos. Es que de las 16 veces que se enfrentaron a lo largo de la historia, los argentinos tienen una ventaja de dos triunfos (7-5), con cuatro igualdades. Contar los goles es tarea inútil, ya que el número es casi idéntico: 23 tantos albicelestes contra 22 germanos. Pero, por otra parte, Argentina jugó en tres ocasiones ante los equipos locales en campeonatos mundiales: contra Uruguay en 1930, Inglaterra en 1966 e Italia en 1990. Nunca pudo ganar. En el mundial de 1930, en Uruguay, los argentinos perdieron la final por 4-2 el 30 de julio. La segunda vez que Argentina enfrentó al local fue el 23 de julio de 1966, en la copa que organizó Inglaterra. Los ingleses ganaron 1-0, en Wembley, con gol de Hurst, el día que fue expulsado Antonio Ubaldo Rattín. Por último, en Italia 1990 el equipo argentino igualó 1-1 ante el local en el estadio Olímpico de Roma. Lo bueno de este último encuentro es que luego los argentinos pudieron pasar a la siguiente instancia gracias a los penales: ganó 4-3.