El uso de cannabinoides podría ser útil en el tratamiento de los pacientes con trastorno por estrés postraumático. El estudio, realizado por Irit Akirav y Eti Ganon-Elazar, analiza la eficacia de los cannabinoides como tratamiento médico para abordar el estrés postraumático. Para ello, las investigadoras emplearon una forma sintética de la marihuana (con propiedades similares a las de la planta natural) y eligieron como modelo la rata, que muestra respuestas psicológicas al estrés parecidas a las de los humanos.

La consecuencia de un acontecimiento traumático (un accidente de tráfico o un atentado terrorista) es la aparición de síntomas clínicos y psicológicos que afectan a diversas funciones, pero que son pasajeros. Sin embargo, entre el 10 y el 30% de las personas que sufre dicho acontecimiento desarrolla trastorno por estrés postraumático, en el que el paciente sigue sufriendo síntomas de estrés incluso años después del suceso.

Según Akirav, los resultados de este estudio demuestran la importante función que pueden desempeñar los cannabinoides en los trastornos relacionados con el estrés. “Estos resultados deberían estimular la investigación psiquiátrica en el uso de cannabinoides en pacientes que sufren estrés postraumático”, concluye.

Akirav y Ganon-Elazar también estudiaron los cambios hormonales en el transcurso del experimento, y vieron que la marihuana sintética evita que aumente la liberación de la hormona del estrés que el cuerpo produce en respuesta al acontecimiento estresante.

La primera fase del estudio consistió en analizar cuánto tardaban las ratas en superar una experiencia traumática sin ninguna intervención. Se preparó una celda pintada de blanco por un lado y de negro por el otro. Se colocó a las ratas en la zona blanca y, en cuanto se movían a la zona negra (que era la que preferían), recibían una pequeña descarga eléctrica.

Todos los días se las volvía a poner en la celda y se las colocaba de nuevo en la zona blanca. Inmediatamente después de haber estado expuestas a la experiencia traumática, las ratas no volvían a la zona negra voluntariamente, pero tras unos días sin recibir más descargas eléctricas en la zona negra, aprendían que volvía a ser segura y se trasladaban allí sin dudarlo.

Luego, los investigadores introdujeron un componente de estrés. A un segundo grupo de ratas, lo colocaban en una plataforma pequeña y elevada tras recibir la descarga eléctrica, lo que añadía estrés a la experiencia traumática. Estas ratas evitaban volver a la zona negra de la celda durante mucho más tiempo, lo que demostraba que la exposición a un estrés adicional sí dificulta el proceso de superación del trauma.

La tercera etapa de la investigación analizaba a otro grupo de ratas que eran expuestas a los acontecimientos traumáticos y de estrés adicional pero, justo antes de que la plataforma se elevase, recibían una inyección de marihuana sintética en la zona cerebral de la amígdala (una región específica que se sabe que está relacionada con la memoria emocional). Estas ratas accedían a entrar en la zona negra tras el mismo periodo de tiempo que el primer grupo (lo que demostraba que la marihuana sintética anulaba los síntomas de estrés).

Para perfeccionar los resultados de este estudio, los investigadores administraron inyecciones de marihuana a grupos adicionales de ratas en distintos momentos y averiguaron que, independientemente del momento exacto en que se administrase la inyección, se evitaba la aparición de los síntomas de estrés.

Fuente: SINC – Servicio de Información y Noticias Científicas