Aunque todavía no se definieron cuáles integrarán el menú porteño, la comisión de Patrimonio de la Legislatura podría tener un listado con unos veinte platos antes de fin de año para ser declarados patrimonio cultural. Entre ellos, la milanesa a la napolitana.

"Hay pocas cosas que nos expresen tanto como esto", explica Miguel Angel Mojo, asesor de la diputada Inés Urdapilleta en el proyecto de incluir una serie de platos emblemáticos dentro del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.

La lista de candidatos es amplia. Suenan la fugazzeta rellena, el queso fresco con batata, y hasta algunos ritos clásicos entrados en retroceso, como el vermú y la picada.

"Es una costumbre que hoy prácticamente no se ve. Nos transculturizamos en los noventa, con el tema del tapeo, y se fue perdiendo. Han jugado factores económicos, sociales y hasta políticos", según Mojo.

La idea es que este proyecto se materialice en una serie de protocolos que contengan los fundamentos y la historia de cada plato. "La acción busca rescatar algo que nos representa tanto como la literatura, la pintura u otras disciplinas".