“Propiciar experiencias de aprendizaje que le permitan al alumno conocerse a sí mismo y al mundo social y cultural que lo rodea” es la misión fundamental de la escuela secundaria, según Juan Carlos Tedesco, ex ministro de Educación y actual director de la Unidad de Planeamiento y Evaluación de la Educación.

Tedesco sostuvo que “las actuales políticas educativas deben enfrentar simultáneamente problemas del pasado y del futuro” y que en la inclusión de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje, “la formación docente, la producción de materiales y la articulación con políticas de infraestructura de la comunicación son áreas clave”.

“Las actuales políticas educativas deben enfrentar simultáneamente problemas del pasado y del futuro. Estamos enfrentando las consecuencias de largos períodos de desinversión en educación y también los efectos de la crisis social y económica que sufrió el país en la década pasada. Desde este punto de vista, invertir en salarios docentes, en becas para los alumnos de familias más desfavorecidas, en construcción y equipamiento de las escuelas, es prioritario y constituye la base de las políticas para mejorar la calidad de la educación”, señaló el funcionario.

Tedesco aclaró que en los últimos años “se avanzó en definir las bases legales de la educación, en garantizar un financiamiento significativo y sostenido en el tiempo, en políticas muy activas de infraestructura, equipamiento informático, provisión de libros, becas y subsidios a los alumnos. Se modificó la formación inicial de los docentes y se comenzaron a desarrollar experiencias innovadoras en el mejoramiento de la enseñanza de ciencias y matemática”.

“Hay que distinguir las medidas dirigidas a la formación inicial, de las de formación continua para los docentes en ejercicio. Con respecto a la primera, se ha agregado un año y ese año adicional tiene la forma de la residencia. Es necesario superar la disociación que existe hoy entre la formación y las exigencias para el desempeño. También es muy importante pensar cómo atraer a la docencia a jóvenes talentosos, a través de políticas que eleven el prestigio de la profesión. Quiénes hoy están estudiando las carreras de magisterio serán los docentes de la primera mitad del siglo XXI, y por eso es necesario adoptar hoy decisiones de este tipo”, dijo Tedesco.

Con respecto a la formación continua –señaló- “debemos ampliar el espectro de modalidades pedagógicas de capacitación. Existe una excesiva concentración en los cursos de capacitación individuales y fuera de la escuela. Deberíamos utilizar más las visitas de estudio, la formación en equipo dentro de la escuela, los talleres y, finalmente, es fundamental que se trabaje en el diseño de una carrera que permita ascender sin dejar la sala de clase”.

El especialista aclaró que estima necesario postular que “la misión fundamental de la escuela secundaria obligatoria es la orientación. A su término, un estudiante debe estar en condiciones de definir su futuro: si quiere o no seguir estudiando, cuáles son sus opciones en términos de desempeño ciudadano y cuáles son sus orientaciones vocacionales. Para poder lograr este objetivo, la escuela secundaria debe propiciar experiencias de aprendizaje que le permitan conocerse a sí mismo y al mundo social y cultural que lo rodea. Esta es la justificación básica de una propuesta curricular integral (que no es lo mismo que enciclopedista) y de criterios de evaluación que definan lo básico que cada estudiante debe dominar en cada campo”.

En esto caben todas las discusiones acerca de “la importancia de fortalecer la enseñanza de lengua, matemática y ciencias, de experiencias de aprendizaje que despierten el gusto por las artes (literatura, música, plástica), el desarrollo físico a través del deporte y la educación física en general, el conocimiento de la historia y de la sociedad así como el manejo básico de la informática, la tecnología y una segunda lengua”.

También planteó que es necesario “discutir un plan de emergencia para jóvenes en situación de exclusión social”. Y concluyó: “para los que ya abandonaron la escuela secundaria y son mayores de 18 años, existe el Plan Fines, que ofrece alternativas flexibles según el nivel alcanzado antes del abandono. Pero para los que están en edad escolar y se fueron de la escuela, o están concurriendo en condiciones de precariedad, es necesario disponer de modalidades de acción que permitan elaborar planes de mejora diseñados escuela por escuela”.

Fuente: Educared