Mel Gibson está en problemas. El actor fue condenado por un juez en Malibú, estado de California, a tres años de libertad condicional por conducir en estado de ebriedad, y deberá someterse a una rehabilitación de un año. Gibson no fue sentenciado a prisión porque se declaró culpable ante el tribunal a través de sus abogados.

A comienzos de agosto el actor fue acusado por la fiscalía luego de que unos policías lo detuvieran por conducir en estado de ebriedad. También fue acusado de presentar un nivel elevado de alcohol en sangre y de haber tenido en el coche una botella de alcohol abierta.

Los medios habían señalado que Gibson podría ser sentenciado a seis meses de prisión en caso de ser hallado culpable, porque se trató de su primera infracción.

Lo peor es que, al ser detenido, Gibson insultó a un policía por ser judío y añadió: "Los judíos son responsables de todas las guerras de este mundo". Grupos judíos criticaron al actor, quien se disculpó luego por sus declaraciones antisemitas.

El católico reconocido y director de la película La pasión de Cristo admitió que lucha desde hace décadas contra su alcoholismo. "No hay excusas, ni debería haber tolerancia, para cualquiera que piensa o expresa cualquier tipo de declaración antisemita", dijo Gibson, de 50 años, en una declaración.

"Por favor sepan que desde mi corazón no soy un antisemita. No soy un intolerante. El odio de cualquier tipo va contra mi fe", afirmó. "Estoy en el proceso de entender de dónde salieron esas crueles palabras cuando estaba ebrio", agregó.