Este jueves se estrena en la ciudad Corazón de León, la nueva película de Guillermo Francella, uno de los actores más taquilleros de los cines argentinos. La producción es una comedia apta para todo público, dirigida por Marcos Carnevale en la que el intérprete asume el papel de un exitoso arquitecto, enamorado de una joven abogada (Julieta Díaz).
Sin embargo, entre los dos hay una diferencia de estatura que deberán resolver: en la trama, Francella mide 1.35 m.
"La película se mete con lo prejuciosos que somos, y también, con los mandatos sociales, familiares; con la discriminación”, apunta el actor, en diálogo con A diario (Radio Dos).
Francella destaca que, más allá de los efectos digitales que se utilizan para “achicarlo” en la pantalla grande -a los que elogia como “notables”-, la cinta apunta a mostrar otras cosas
“Simultáneamente a esto de la enanización (sic) del personaje, la película se pregunta qué sucede cuando alguien se vincula sentimentalmente con otro, si vale más lo que dice el afuera o lo que uno siente”, completa el actor de la oscarizada El secreto de sus ojos.
Al ser consultado sobre la experiencia de trabajar con su hijo Nicolás, Francella elije la palabara “movilizante” para definirla.
“Más allá del papá baboso, puedo ser objetivo con la composición y es muy buena. No tenía experiencia e hizo una audición y le fue muy bien. Arrancar como «hijo de» es una ventaja, pero el perdurar es distinto (…) Además, las críticas lo destacan y eso excede el parentesco”, completa
En cuanto al entrenamiento actoral para asumir un personaje de 1.35 m Francella responde: “Arrodillado, sentado, actuando solo, mirando hacia arriba o con el interlocutor mirando hacia abajo, con el cuello un poquito levantado, o bajando de la silla con un saltito (..) Fue muy difícil y tuve que estar muy concentrado”.
El actor ha sido en las últimas dos décadas uno de los más convocantes en las salas. Es más, él mismo señala, en el marco de charla, que la suma de espectadores de films como Un argentino en Nueva York, Papá se volvió loco. El secreto de sus ojos e Incorregibles, alcanzaría los “siete millones”.
“Me ha acompañado la gente. He hecho cine con contenidos heterogéneos, desde películas pochocleras hasta películas más profundas. Tuve ganas en los últimos diez años de tocar otros contenidos”, advierte.
El presente laboral lo liga al cine una vez más. Junto al director Daniel Burman y elenco, atraviesa la quinta semana de rodaje de El misterio de la felicidad. Y también al teatro, donde prepara una obra con Adrián Suar.
Sobre su posible vuelta a la tele, sólo explica que “no se dio, que no surgió nada”, y asegura que mira las reposiciones de Casados con hijos
“Me dio mucho placer hacerlo. (Casados con hijos) tiene diálogos ingeniosos, dos decorados, pocos actores, ese tipo de formatos me encanta. Poné a Francella era más complicado porque se trabajaban muchos sketches para elegir cinco. La sitcom viene con los guiones ya escritos y lo único que hay que hacer es adaptarlos y actuarlos".


