El vuelo que cayó en Colombia y causó 71 muertes tuvo irregularidades que fueron advertidas por autoridades bolivianas antes de su partida. Sin embargo, fueron desestimadas desde la firma Lamia. No estaba claro quién fue el responsable final de aprobar el plan de vuelo.

Según informó el periódico boliviano El Deber, el despachador de Lamia, Álex Quispe, recibió cinco observaciones al plan de vuelo por parte de la Administración de Aeropuertos boliviana (Aasana) en la termina de Viru Viru, ubicada en Santa Cruz de la Sierra. Entre las advertencias se encontraba que el tiempo de vuelo y la autonomía de la nave era los mismos, por lo que se consideró que no contemplaba tiempo destinado ante un eventual desvío o maniobras inesperadas.

Celia Castedo, una funcionaria del aeropuerto de Viru Viru, manifestó al periódico mencionado que el capitán del vuelo, Miguel Quiroga, fue quien dio la información del vuelo y la consideraba "suficiente". "No señora Celia, esa autonomía es la que me han pasado, nos alcanza bien… Así nomás lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así nomás, tranquila, eso está bien, ahí nomás déjemelo", dijo el despachante de Lamia a Castedo. 

La funcionaria del aeropuerto se negó a aprobar el plan de vuelo. No obstante, una autoridad –cuya identidad se desconoce– lo aprobó. 

El capitán de vuelo optó por no declarar inicialmente el estado de emergencia en su contacto con los controladores aéreos, y sólo solicitó la prioridad, que no fue suficiente para adelantar la espera.  

Se especulaba desde la Dirección de Aeronáutica Civil de Colombia que la decisión de Quiroga –también accionista de Lamia– se habría debido al temor por posibles sanciones económicas, inhabilitación del personal y denuncias. 

Este miércoles se dio a conocer el audio de la conversación entre Miguel Quiroga con la torre de control, donde anuncia una "falla total eléctrica".