Fernanda Blasco

Volvió y fue millones. De espectadores. Marcelo Tinelli regresó este lunes por la noche, finalmente, a la pantalla chica. Tras mucha demora, con mucha expectativa. Y logró lo deseado: un rating envidiable con picos de casi 44 puntos. Cantando por un sueño, con un vivo desde Córdoba que incluyó a la Mona Giménez, había dejado el camino despejado con un piso de 30 puntos. Había dura competencia de Telefé, que hasta ahora viene ganando el año en lo que refiere a audiencia. Pero Tinelli es Tinelli.  

El programa comenzó puntual, apenas un minuto pasadas las 22.30. Y en la casi media hora que duró la apertura hubo de todo, quizá demasiado. Primero, un homenaje al film Tiempos Violentos en el que Tinelli hizo de John Travolta y Florencia Peña de Uma Thurman. De yapa, roles secundarios para Dady Brieva y Jorge Rial. Mucha improvisación, todos tentados. Entonces hubo un clip en donde se pudo observar, en HD, como se cambiaba Tinelli en cámara lenta. Y hubo un mapping sobre la fachada del edificio de Ideas del Sur. Luego llegó la apertura en el piso: una serie de números musicales enganchados. Hubo danza aérea, contorsionistas. Hubo humo, telas, colores, transparencias, jaulas. También hubo coreografías con luces, pisos móviles, efectos visuales, escuadras de animadoras, guerreros, bailarinas con tutus rosas gigantes y hasta una nena. Todos los chiches.

Entonces sí, apareció Tinelli de carne y hueso en el estudio. Eran las 22.56. Y hubo gritos, papel picado, música a todo volumen. Hubo fiesta. Liviano, muy liviano, Tinelli se dio el lujo de hablar de todo y de todos. Bromeó sobre Susana, sobre la demora en el debut, sobre su novia Sol Calabró, sobre si su preferido era Iúdica o Listorti, sobre su supuesta pelea con Suar. La claque aplaudía o reía según la ocasión. Mientras tanto, el termómetro de Ibope era propio de un día de enero en el norte argentino: casi 44. 

"Es maravilloso", celebró Tinelli, quien bromeó sobre su tardanza en volver a trabajar. "Iba a ser la revolución de abril, íbamos a ser la revoluciuón de mayo y hoy llegó la revolución de junio", resumió. Pero luego insistió: "Estoy muy feliz de hacer televisión, es lo que más me gusta".

Párrafo aparte para el desfile del jurado, en el que este año (se presume) (sin Graciela Alfano) habría paz: una gótica Carmen Barbieri, un sonriente y brillante Flavio Mendoza, Moria Casán en un apretadísimo y rojísimo vestido corto, un galera aterciopelada rosa llamada Aníbal Pachano, un prolijamente trajeado Antonio Gasalla y un picantísimo Marcelo Polino. Moria aclaró, de entrada, que se habían reconciliado con Gasalla. "Nos abrazamos", contó. "Recordamos que yo fui su vedette", se emocionó. A su turno, Gasalla retrucó: "A Moria la admiré siempre". E ironizó con que le había aguado la fiesta a Marcelo con este acercamiento. "Me hubiera gustado que me invitaras a bailar", disparó. Y luego aclaró que ya pasó el episodio del intento de secuestro, que no tiene custodia y que no tiene miedo.

Recién a las 23.46 apareció en escena la primera pareja, la de Florencia Peña, quien prácticamente estuvo tantos minutos en pantalla en este debut como el mismísimo Tinelli. Con ella, durante todo el programa, hubo mucha charla, mucho chiste. Sobre su divorcio, sobre sus ganas de volver a estar en pareja ("¿algún productor, algún bailarín?", sugirió Tinelli), también sobre su orientación política, sobre sus pechos y, claro, también se habló sobre sus dotes para el baile. Es que bailó disco.

Y se acabó el tiempo, ya eran las 00.16. Para otros días quedarán las 25 parejas restantes, entre las que este año habrá -según anticipó la producción- un hombre con una pierna, una joven con síndrome de down, otra que sufrió un ACV e incluso una ex participante de Cuestión de Peso. Y habrá nuevos desafíos a la hora de bailar: deberán moverse sobre la arena y suspendidos en una esfera, por mencionar apenas dos ejemplos. 

Tinelli ya anticipó que, este año, apostará más a lo emotivo y solidario que al escándalo. Siempre y cuando la fórmula funcione. Si algo está claro es que Marcelo mueve millones (de pesos, de espectadores), que sabe lo que quiere y que puede hacer lo que se le de la gana. Con una apuesta orientada, al menos en el debut, al entretenimiento y el humor, ShowMatch demostró una vez más que tiene una producción de lujo. Que guste o no el resultado, es otro tema.