Sangre, grasa animal, ¿también residuos cloacales? Los afluentes de la ciudad constituyen el destino final de un cóctel explosivo y un usuario de Rosario3.com logró registrar situaciones que darían cuenta de ello. “Todo va a parar al Paraná sin ningún tipo de tratamiento. Es una verdadera aberración”, señaló.

Juan Carlos se puso al frente de una cruzada verde. Cámara en mano, suele poner el ojo allí, donde el medio ambiente es expuesto al peligro. Involucrado en la ecología y preocupado por la salud de sus vecinos, envió a Periodismo Ciudadano, una serie de imágenes que ponen en rojo a los responsables de la forma en que los líquidos residuales llegan al Paraná.

Primera situación fotografiada: Juan Carlos dio con una camioneta vertiendo sangre y restos animales en el canal pluvial de Uriburu y avenida Las Palmeras. “Es de una pick up Chevrolet que les hace servicios a las carnicerías de Rosario y vuelca sus líquidos en forma directa”, explicó.

“Vi ese vehículo en una carnicería a la que concurro a hacer mis compras. Se dedica a retirar de estos comercios los restos y la forma de deshacerse de ellos es tirándolos a este canal de agua”, manifestó y aseguró que, aunque no se puede distinguir en la imagen enviada, el vehículo exhibe una placa de habilitación municipal. “La Municipalidad no cuestiona qué se hace con estos líquidos”, planteó y advirtió al respecto: “Tampoco ofrece soluciones a los comerciantes”.

La otra situación que retrató Juan Carlos: “A mediados de octubre me topé en las inmediaciones de Ovidio Lagos y Puente Blanco –la entrada al ex relleno sanitario Gallino–con un camión atmosférico de la Municipalidad de Rosario volcando con una manguera, los líquidos nocivos al arroyo”, indicó. Según precisó, logró ver al empleado estatal en la faena y ninguna de las personas que pasaban por el lugar llamaron su atención.

Pero desde el centro de Distrito Sudoeste de la Municipalidad explicaron que la situación no es la que cree Juan Carlos. Es que, dijeron, el camión fotografiado estuvo en las últimas semanas dedicado a recoger aguas que, por las intensas lluvias, se acumularon en terrenos bajos de la zona. Y son esos los líquidos –pluviales, no cloacales– los que se arrojaron al arroyo.

Como sea, Juan Carlos cree que “aquí no hay ningún tipo de tratamiento" de estos líquidos, "es una aberración”. Y subrayó. “Cuando he expuesto este tipo de situaciones, me han dicho que el Paraná absorbe. Imaginate que toda la provincia y también Entre Ríos vuelcan todos sus deshechos, es obvio que se está sobrecargando al río”, observó.