La discusión por las bebidas azucaradas y con gas es algo de nunca terminar. Se sabe que las gaseosas contienen un contenido mayor de azúcar del que necesita el ser humano por día. Sin embargo, ¿qué pasa con la soda?

El agua con gas se hace añadiendo dióxido de carbono bajo presión. Si se toma de un solo trago y rápido, puede generar hipo o indigestión. ¿Pero si se bebe con moderación? ¿Hace mal al estómago?

Según precisó la BBC, un estudio afirma que no sólo no hace mal, sino todo lo contrario. Se dividió a pacientes que sufren con frecuencia dispepsia o estreñimiento en dos grupos: uno iba a tomar agua sin gas durante 15 días, y el otro soda durante el mismo período de tiempo.

Luego, se les hicieron distintos exámenes médicos a los participantes. Las patologías (dispepsia o estreñimiento) mejoraron en el caso de los que bebieron soda, mientras que no hubo avances en los que ingirieron agua de canilla.

Investigadores en Japón descubrieron que tomar mucha soda genera la sensación de hinchazón, pero indicaron que es positivo. En su estudio, hicieron que un grupo de mujeres ayunaran durante una noche y luego les sirvieron lentamente agua con y sin gas. Allí, advirtieron que se liberan 900 mililitros de gas en solo 250 mililitros de agua, por lo que los estómagos de las mujeres se dilataron y ellas se sintieron llenas, aunque no habían comido.

Estas mujeres no se sintieron mal. Se sugirió entonces que el agua con gas puede ayudar a las personas que comen demasiado, porque te hace sentir más lleno.

¿Problemas de huesos?

Un pequeño estudio realizado en Canadá y publicado en 2011 concluyó que los adolescentes que bebían muchas bebidas carbonatadas (no agua) tenían menos calcio en sus cuerpos, pero no pudieron saber si esto se debía a las bebidas o a que tomaban menos leche.

El estudio "Framingham" sobre el corazón empezó en 1948 y siguió a un grupo de gente durante muchos años para descubrir más cosas sobre los factores de riesgo de las enfermedades del corazón.

En 2006, examinaron la relación entre la densidad ósea y las bebidas gaseosas. Y luego, con detalle, los distintos tipos de bebidas consumidas por las más de 2.500 personas que participaron en el estudio.

Descubrieron que las mujeres, pero no los hombres, que tomaban bebidas gaseosas con sabor a cola tres veces a la semana tenían los huesos de la cadera con una densidad mineral media menor.

No hubo diferencia en el caso de otras bebidas carbonatadas. La hipótesis de los autores es que el efecto se debe probablemente a la cafeína y a las acciones del ácido fosfórico (que no tiene el agua con gas) sobre las que todavía no se sabe mucho.

Es posible que de alguna forma bloquee la absorción de calcio, pero nadie sabe todavía cómo.

Diez años después, todavía no hay acuerdo sobre cómo la dieta afecta la salud de los huesos. Así que parece que no hay problema para el estómago ni los huesos al beber agua con gas.