Manejar las emociones de alumnos y profesores es una de las tareas más importantes de un buen líder escolar, dice el canadiense Kenneth Leithwood, uno de los principales expertos mundiales en este tema.

Kenneth Leithwood evoca sus inicios como investigador para explicar cómo descubrió lo esencial que es un buen director. "Ahí creció en mí la convicción de que en una escuela nada pasa si no hay un director que lo apoye", dice desde su oficina en el Instituto de Estudios en Educación de Ontario, de la Universidad de Toronto (Canadá).

El canadiense realizará el lanzamiento de su libro ¿Cómo liderar nuestras escuelas? un texto que reúne algunos de sus artículos fundamentales. En su libro, Kenneth dice que una labor clave de un director es manejar las emociones en la escuela. En este sentido comenta que "un sindicato de docentes de Ontario me pidió investigar sobre las condiciones laborales que influyen en las prácticas de aula y en los niños. Ahí descubrí que muchas de las cosas que pasan en las escuelas dependen de cómo los profesores se sienten. Si sienten apoyo, confianza en ellos, o están comprometidos con la escuela, había efectos positivos sobre su trabajo en aula y en los logros de sus alumnos. Y viceversa. Una de las grandes tareas de un líder es generar en los profesores y alumnos ese compromiso por la escuela. Ése es el cimiento sobre el cual todo lo demás transcurre".

"La mayoría de los esfuerzos actuales de reforma educativa en el mundo asignan un rol importante a los directores, pero asumen que su papel debe ser técnico, racional. Por supuesto que eso es importante, pero se deja de lado la función emocional del líder. Hay muy pocas organizaciones que tengan la intensidad emocional de una escuela".

Desde esta visión se puede ayudar a los directores: "A los directores les sería muy útil entender cuáles son las emociones que más afectan el trabajo de los profesores. Por ejemplo, la confianza en su propio trabajo. Hay mucho escrito sobre cómo trabajar esa emoción y debiera ser parte del entrenamiento que reciban los directores".

"Hay varios países que tienen sistemas de formación de directores y creo que coincide con los países que consideran importante el rol que juegan los directores en la mejora de las escuelas. En Estados Unidos se exige a los directores alguna formación especial; algo similar se está intentando en Canadá; Inglaterra creó el National College for School Leadership para preparar a los futuros y actuales directores. El liderazgo es una habilidad que se puede entrenar".

"Muchas cosas influyen en el desempeño de los alumnos. Tener buenos profesores es una de las más importantes. Pero no hay que poner a profesores y directores en cajas separadas y elegir una sola. Si se cree que mejorar a los profesores es importante, hay que hacerlo. Y una manera es entrenar a los directores. Ellos tienen más influencia sobre los profesores que la que puede tener una universidad o una agencia externa. Quizás la mejor forma de ayudar a los profesores es tener buenos líderes en la escuela".

Fuente: El mercurio