Según afirma Anna Cabré demógrafa y directora del Centro de Estudios Demográficos de España -vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona- la tasa de natalidad aumentó en los últimos años en los países ricos. En una entrevista publicada en la revista semanal del Diario El País, la especialista duda que esta tendencia se repita los próximos años debido a la crisis y a los cambios en la maternidad.

Cabré cuenta cómo cambió la vida de las mujeres desde los años 70 en adelante: “Antes, las mujeres no podían irse de la casa si no era para casarse o para hacerse monjas, pero hoy en día hay un atraso de la juventud, se alarga más, las mujeres deciden ser madres más tarde”.

Cabré explica que no puede saberse con certeza si la tasa de natalidad seguirá creciendo en los países ricos, pero se anima a predecir que “a causa de la crisis y todo lo que ésta significa, los nacimientos disminuirán nuevamente”.

“En la mayoría de los países europeos, en América del Norte y en Oceanía se observa un repunte general de la fecundidad, la especialista ve el cambio como una nueva tendencia que está comenzando”, señala.

“Hace 20 años cuanto más alto era el desarrollo humano, más baja era la fecundidad sin excepciones. Pero con datos actuales y en países donde hay un desarrollo humano muy elevado, superior al 90%, resulta que, los efectos son contrarios”, explicó Anna Cabré.

Además, agrega que Europa puede conocer una “nueva primavera de fecundidad” ya que las mujeres de los países ricos vuelven a tener hijos”, agrega Cabré.

Las mujeres tienen más participación en el mercado de trabajo, en condiciones de autonomía e igualdad. Al igual que en la familia, ahora las mujeres tienen una igualdad en las tareas y en la toma de decisiones. “Los países con mayor fecundidad son aquellos donde las mujeres trabajan más”, explicó Anna Cabré.

Uno de los problemas fundamentales que llevan a la disminución de la fecundidad es que en los países desarrollados rigen modelos tradicionales, no se sabe cuáles son las reglas del juego y la situación es muy desfavorable para que nazcan chicos, porque no existen medidas que permitan a las mujeres equiparar la vida familiar y laboral.

Siempre se cree que las mujeres son las encargadas de equipar las dos vidas, nunca es trabajo de los hombres. Esto debe cambiar, es trabajo de los dos, una tarea de pareja.

La especialista explica que las sociedades no están preparadas para tener hijos y que los dos padres trabajen. Siempre se espera que haya una persona en la casa. Pero el problema es que si trabaja uno sólo de los dos, no alcanza la plata para tener hijos; y si trabajan los dos, tienen el dinero pero no el tiempo.

Cabré cree que el aumento en la tasa de fecundidad viene dada por un cambio en los valores: se le da más importancia a la vida en familia, a los chicos y a la vida personal. “No es cuestión de cuántas horas, tiempo o dinero se invierten, sino qué cambio representan esos niños en la biografía de los padres, y en especial de las madres”, declaró la demógrafa.

Fuente: El País Semanal