Bianca es la tercera mujer trans en operarse en la ciudad de Rosario. Su transformación fue un largo proceso repleto de dificultades que logró sortear gracias al esfuerzo y la pasión que puso para salir adelante, además de una sostenida intervención del Estado municipal. Su historia revela los matices de la discriminación y sus largos alcances. Sin embargo, también es una demostración de que algunas barreras se pueden saltar con voluntad y trabajo.
Bianca Lescano se acercó al Área de Diversidad Sexual del Municipio hace seis años al sufrir situaciones de discriminación que la llevaron a perder su trabajo. Hoy, con 42 años puede contar orgullosa su experiencia de vida. Siente gran satisfacción al demostrar que una mujer trans logró, a pesar de las desigualdades con las que se enfrenta a diario, estar a cargo de un negocio próspero y ser reconocida por brindar un buen servicio gastronómico.
En el año 2010 Bianca comenzó a transitar el proceso de cambio de varón a mujer, esa transformación vino aparejada con una crisis laboral, económica y psicológica. “Fue un momento muy complejo en mi vida, de mucha angustia”, comentó. Según señaló, la despidieron de su trabajo, en una clara situación de discriminación por su orientación sexual, ya que estaba atravesando su cambio de vestuario y la hormonización.
“Como no soy de Rosario, alquilaba, y se me estaban acumulando muchos meses de alquiler sin pagar, no tenía para comer, ni ningún medio para sostenerme económicamente”, relató. En ese momento, Bianca se acercó a la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario, allí la asesoraron y derivaron al Área de Diversidad Sexual, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social que hoy acerca esta historia a Rosario3.com.
Desde el Municipio recibió asesoramiento, contención, un espacio para conocer sus derechos y para encontrar recursos para afrontar la situación crítica que estaba viviendo. En un primer momento, accedió a un subsidio, que le permitió comprar elementos y materiales para comenzar a desarrollar su emprendimiento de panificación. Por otro lado, asistió a cursos de capacitación en manicuría y depilación, que fueron organizados por el Área de Diversidad Sexual.
Los rubros se habían definido en función de los intereses que tenía el grupo de mujeres trans que se habían acercado pidiendo ayuda en ese momento. Estos cursos fueron además, espacios de encuentro para quienes estaban atravesando situaciones similares, y de hecho, fue donde Bianca conoció a Daniela Segovia, quien actualmente colabora con ella en su emprendimiento Bandvi.
“Daniela trabajaba en un fábrica de calzados y, a raíz del cambio que estaba viviendo, en su trabajo atravesó una situación de discriminación y hostigamiento -similar a la que había vivido yo-, así que tuvo que renunciar por el maltrato que estaba sufriendo”, contó.
La transgenerización
A través del Área de Diversidad Sexual, se contactó con las Secretarías del Salud, que cuenta con un servicio dirigido específicamente a la población trans. Desde el mismo, se contribuye al proceso de transexualización y transgenerización, aportando el tratamiento con hormonas, la cirugía, y apuntalando los aspectos psicosociales del proceso. Además, se trabaja en prevención, diagnóstico y tratamiento de las infecciones de transmisión sexual. Bianca aseguró que “los médicos te ayudan en todo. Y no se necesita tener dinero para nada, porque toda la atención que brindan es gratuita, la hormonización, las operaciones y cualquier medicación necesaria”. Y comenta que ella se operó el año pasado, con lo cual pasó a ser la tercera mujer trans en operarse en Rosario.
Emprendedora
Acercarse a la Secretaría de Economía Social le permitió conocer el mundo de las ferias, en las que participó activamente durante un tiempo. Actualmente, debido a la gran demanda que tiene su servicio de catering, sólo tiene tiempo para participar en la feria el Biomercado que se realiza unas vez por mes, y en otra de la Facultad de Ciencia Política y RRII de la UNR.
Al desarrollar su emprendimiento gastronómico, al que denominó Bandvi, accedió a capacitaciones en administración y contabilidad, además de diferentes cursos de panificación. Según relata, en ese proceso recibió el acompañamiento del Área de Diversidad Sexual: “Me decían que no tenía que esperar un trato diferencial o especial por ser trans, que había pautas que seguir para armar un emprendimiento y lograr habilitarlo que debía cumplir como todos, porque sino, lo contrario sería autodiscriminarme”. Reconoce, que si bien le costó, todo eso la ayudó: “Me gustó que me traten como una persona común, me generó una mayor exigencia conmigo misma y gracias a eso pude ir por mis metas y lograr consolidar este proyecto”.
Además, decidió terminar la secundaria, así que se anotó en un EEMPA. “Yo valoro que me dieron las herramientas para trabajar y armar mi proyecto, y me dijeron, ahora vos usálas y sacáles provecho. Ahora puedo hacer mis cuentas, conozco los números y eso es gracias a las capacitaciones que pude hacer”, destacó con gran satisfacción. “Yo llegué sin nada y hoy estoy en pleno desarrollo y voy por más, porque tengo proyectos”, agregó.
Por último, Bianca remarcó lo importante que fue la aprobación de la Ley de Identidad de Género para el colectivo trans. “Fue algo que nos cambió la vida, nos empujó a salir a la calle. Es horrible estar en una cola en un Centro de Salud, del lado de las mujeres y que te llamen en voz alta: Carlos José. O cuando te llamar por la asistencia en la escuela”, dijo. Tal como comenta, todo eso hacía que las personas trans se quisieran quedar en su casa y no vivir esos momentos traumáticos.
Con su historia como testimonio, Bianca invitó a las otras chicas trans “a que salgan al mundo”. “Antes yo estaba encerrada en casa y no quería que nadie me vea, ahora al contrario, me encanta salir y estar con la gente, que todos vean que soy alguien más. Ya no me escondo más”, terminó.



