“Es textual”, advirtió. “Es la intemperie por completo”, continuó y agregó: “La vida de estos pibes es la tragedia del neoliberalismo hecho carne en cuerpos jóvenes. Tienen 15 años pero han transitado todo lo que no caminó un adulto de 30 años”. Así contempla la situación de los niños reclutados por el narcotráfico en la provincia el actual director provincial de Promoción de los Derechos de la Niñez, Lautaro D´Anna.

Consultado por Rosario3.com, no se animó a confirmar la existencia de un nuevo fenómeno de utilización de menores de edad para la venta de drogas en búnkers pero sí admitió que son muchos los chicos que incurren en el narcotráfico por “protección”. “Hay cifras y datos objetivos que reflejan un crecimiento de jóvenes atravesados por estos escenarios. Sí, es una realidad que si no se profundizan los niveles de debates y acciones concretas con cada una de los planos estatales y organizaciones puede estar constituyéndose como fenómeno en los próximos años”, observó.

D´Anna sostuvo que estos niños, niñas y adolescentes presentan “un profundo recorrido por fuera de la institución escolar, presentan una gran fragilidad de vínculos familiares y comunitarios y una profunda vulneración económica y de vínculos, como por ejemplo, de tipo deportivo, cultural. Estas redes de narcos ocupan lo que otras redes ocupaban antes, los lugares de las vecinales, la escuela, los clubes de barrio”, analizó.

“Intentar pensar cómo se hacía hace 20 años es errarle por completo, así el Estado hace agua”, indicó. “Hay que repensar las formas y las instituciones con las que llegamos a estos pibes, repensar los modos en los que llegamos con las propuestas. Nos enfrentamos con vidas arrasadas y es textual”, remarcó. “Hay que recuperar la tragedia de estos pibes”, subrayó.

El funcionario insistió en la necesidad de disponer de mayor cantidad de recursos humanos capacitados: “La presencia cotidiana, la intervención permanente en la esquina”, propuso y aunque remarcó que se viene construyendo mucho en materia social en el territorio, sugirió ajustar el trabajo en conjunto con otras áreas estatales y organizaciones barriales.

“Tenemos que recuperar las palabras de estos chicos. Cuando se los oye, se expresan y en general son pibes que buscan participar. Piden capacitarse, piden hacer deporte o trabajar. Son los expulsados nuestros de cada día, hay que escucharlos y alojarlos”, finalizó.