“Este viejo adversario despide a un amigo”. La distancias son insalvables. Pero la frase de Ricardo Balbín tras la muerte de Juan Domingo Perón viene al recuerdo cuando Pedro Bismark, más conocido como el Loco Demente, el hombre que mandaba en la barra de Newell´s hasta que el trono quedó en manos de Roberto Camino, se refiere a la muerte de quien fue su enemigo: “Lamento lo que pasó y le mandó saludos a sus padres, a quienes conocía”.
Es que el Loco y Pimpi fueron compañeros de paravalancha hasta que, en el 98, el primero se peleó con el presidente de Newell´s, Eduardo López. Camino tomó el mando en 2002, tras desbancar a Cacho Lucero, iniciando así su carrera de acumulación de poder y dinero.
Para el Loco Demente, que habló con el programa A diario, de Radio 2, el problema es que “se perdieron los códigos” y que ser miembro de una hinchada “no es lo que era”.
“Antes era por amor a la camiseta, pero se fue convirtiendo en un negocio que lleva a estas cosas”, afirmó.
¿Qué negocios? “Las barras se quedan hoy con estacionamiento, estadio cubierto y hasta con pases de jugadores”. Y la droga, claro, que “está en toda la sociedad”.
“Pimpi viajaba conmigo, yo lo llevé”, dijo el Loco, que varias veces aseguró haberle abierto las puertas de la hinchada leprosa, de la que él se alejó en el 98.
“Mi problema no era Pimpi sino Eduardo López”, sostiene ahora.
Pero además, dice que las cosas no cambiaron con la llegada de la nueva comisión directiva. “La cosa puede estar peor o igual”, afirmó y apuntó directamente contra el vicepresidente segundo, Eduardo Bermúdez..


