Para utilizar las tecnologías digitales y adquirir conocimientos a través de ellas, es necesario aprender a operar con información. La doctora en educación Silvina Givrtz, profesora de la Universidad de San Andrés, destaca en un trabajo publicado recientemente que, en la actualidad, aprender a utilizar una computadora “es un objetivo de educación básica”, y sugiere no perder de vista el “efecto multiplicador” que puede tener el conocimiento.
No obstante, advierte que la denominada “sociedad del conocimiento” presenta grandes desafíos al sistema educativo. “La computadora con conexión a Internet puede ser un valiosísimo recurso para aprender contenidos curriculares”, define. Pero que ello sea así “no depende estrictamente de la tecnología en sí misma, sino de la propuesta pedagógico didáctica”.
La investigadora identifica tres “competencias digitales” básicas para operar en el nuevo contexto. La primera es la comunicación, que refiere a las “destrezas que son necesarias para interactuar en medios que poseen un sistema alternativo de reglas de comunicación, con nuevas estructuras discursivas escritas y orales”. La segunda competencia es la construcción, que refiere a “las habilidades de escrituras, pero con tres matices relevantes: el pasaje al hipertexto, el lenguaje multimedia y la construcción de textos en coautoría”. Y la tercera es la investigación, que se corresponde con las habilidades requeridas para navegar por la web, identificada -por ejemplo- con la capacidad de “saber encontrar sitios, desplazarse a través de su compleja estructura y saber evaluar la validez, fiabilidad y utilidad de los datos conseguidos”.
Qué es relevante, qué se debe creer, qué tiene sentido seguir investigando, son apenas algunas de las preguntas que la educación formal debe ayudar a responder, según Givrtz. Desarrollar estas capacidades es fundamental “para que Internet pueda ser utilizada como una herramienta valiosa de información y conocimiento”, apunta. Así, entonces, sugiere que la “brecha digital” no se cubre solamente con el requisito de que “haya computadoras” en las escuelas. Antes bien, las necesidades pasan por “saber hacer distintas cosas con ellas, acceder a información y desarrollar capacidades para insertarse en la cultura contemporánea”.
De hecho, como observa la investigadora, obtener información valiosa “es mucho más que buscar en Google”. Y advierte: “no es cualquier conocimiento el que se requiere hoy en día. Aprender todo tipo de datos y fechas puede resultar irrelevante. Es necesario enseñar a pensar, enseñar a que los estudiantes sigan aprendiendo a lo largo de toda su vida”. Se aprende a medida que se van encontrando las herramientas cognitivas y conceptuales para develar los interrogantes que van surgiendo. Por eso, resalta Givrtz, las nuevas tecnologías brindan “muchísimas posibilidades en ese camino de conocimiento a través del acceso a imágenes, audio, textos, programas de simulación” y una larga serie de recursos que, muchas veces, los estudiantes ya incorporaron “por fuera” de la institución educativa.
Fuente: Revista Noticias.
No obstante, advierte que la denominada “sociedad del conocimiento” presenta grandes desafíos al sistema educativo. “La computadora con conexión a Internet puede ser un valiosísimo recurso para aprender contenidos curriculares”, define. Pero que ello sea así “no depende estrictamente de la tecnología en sí misma, sino de la propuesta pedagógico didáctica”.
La investigadora identifica tres “competencias digitales” básicas para operar en el nuevo contexto. La primera es la comunicación, que refiere a las “destrezas que son necesarias para interactuar en medios que poseen un sistema alternativo de reglas de comunicación, con nuevas estructuras discursivas escritas y orales”. La segunda competencia es la construcción, que refiere a “las habilidades de escrituras, pero con tres matices relevantes: el pasaje al hipertexto, el lenguaje multimedia y la construcción de textos en coautoría”. Y la tercera es la investigación, que se corresponde con las habilidades requeridas para navegar por la web, identificada -por ejemplo- con la capacidad de “saber encontrar sitios, desplazarse a través de su compleja estructura y saber evaluar la validez, fiabilidad y utilidad de los datos conseguidos”.
Qué es relevante, qué se debe creer, qué tiene sentido seguir investigando, son apenas algunas de las preguntas que la educación formal debe ayudar a responder, según Givrtz. Desarrollar estas capacidades es fundamental “para que Internet pueda ser utilizada como una herramienta valiosa de información y conocimiento”, apunta. Así, entonces, sugiere que la “brecha digital” no se cubre solamente con el requisito de que “haya computadoras” en las escuelas. Antes bien, las necesidades pasan por “saber hacer distintas cosas con ellas, acceder a información y desarrollar capacidades para insertarse en la cultura contemporánea”.
De hecho, como observa la investigadora, obtener información valiosa “es mucho más que buscar en Google”. Y advierte: “no es cualquier conocimiento el que se requiere hoy en día. Aprender todo tipo de datos y fechas puede resultar irrelevante. Es necesario enseñar a pensar, enseñar a que los estudiantes sigan aprendiendo a lo largo de toda su vida”. Se aprende a medida que se van encontrando las herramientas cognitivas y conceptuales para develar los interrogantes que van surgiendo. Por eso, resalta Givrtz, las nuevas tecnologías brindan “muchísimas posibilidades en ese camino de conocimiento a través del acceso a imágenes, audio, textos, programas de simulación” y una larga serie de recursos que, muchas veces, los estudiantes ya incorporaron “por fuera” de la institución educativa.
Fuente: Revista Noticias.


