“Las cosas están un poco mejor después del susto de ayer a la noche, cuando venía creciendo el arroyo Ludueña y había peligro de desborde, peligro de volver a viejos tiempos que se creían olvidados, tiempo de inundación en el noroeste de Rosario”, aseguró el intendente Miguel Lifschitz esta mañana, entrevistado por Juan Pablo Geretto en Radio 2. “Por fin el agua empezó a estabilizarse, bajó bastante en la noche. Hoy el panorama es más despejado y optimista. En la medida en que no haya nuevas precipitaciones mañana la gente podría comenzar a volver a sus hogares”, aseguró el intendente.

“Ahora viene la etapa difícil porque habrá que acompañar el regreso a casa de las familias que han sido evacuadas. Tenemos cerca de 3800 personas evacuadas pero seguramente son muchos más los núcleos familiares afectados”, evaluó. “Habrá que acompañar lo que será el regreso a sus domicilios, poner en condiciones casa y recuperar algunas cosas perdidas”, sostuvo. Además, Lifchitz adelantó otra serie de trabajos pendientes una vez que bajen las aguas, entre ellas “reparar el deterioro de pavimentos”.

El intendente se defendió de quienes aseguran que los sucesivos gobiernos municipales no han hecho nada para evitar la inundación. “La ciudad venía trabajando desde hace 15 años en forma sostenida para tener infraestructura que evite las consecuencias de lluvia e inundaciones provocadas por arroyos y río. Hace 15 años lluvia como esta hubiera dejado media ciudad bajo agua, ahora hubo lugares puntuales y el sistema del Ludueña funcionó muy bien aunque faltan obras puntuales”, consideró.

Lifschitz reconoció que el problema de fondo es la pobreza. “Los asentamientos irregulares se ubican, con cierta lógica, en lugares que justamente son cuencas de desagüe de la cuidad. El tema de la pobreza y la exclusión termina siendo una causa también de los anegamientos e inundaciones”, sostuvo. “El problema tiene múltiples efectos y seguramente otras soluciones que no pasan por la hidráulica sino por el mejoramiento del hábitat”.