El intendente Miguel Lifschitz coincide con los diagnósticos que indican que en los próximos meses se comenzará a sentir fuerte la crisis en Rosario y que el estancamiento económico está a la vuelta de la esquina. En ese marco, confirmó que no habrá aumentos en la tasa general de inmuebles y puso un plazo concreto en el que ese tributo no sufrirá modificaciones: hasta fin de año.

Es que el pronóstico del intendente es que la crisis –producto del marco internacional y fundamentalmente de lo que representa para la economía de la región el parate del campo y la agroindustria– va a empezar a repercutir en el empleo, lo que implica problemas sociales que atender pero también dificultades de los ciudadanos para hacer frente a sus obligaciones tributarias.

En diálogo con el periodista Javier Trifiró, de Radio 2, Lifschitz dijo que si aún no se han dado situaciones de despidos masivos en la ciudad –aseguró que la Municipalidad no las detectó– es por la “actitud responsable de las empresas” que “procuran retener su planta de personal”.

Y agregó que se avizora un panorama “más que complejo”. Es en esa coyuntura que el intendente entiende que no hay lugar para un aumento de tasas, por más que la Municipalidad afronte dificultades de financiamiento.

No lo dijo el intendente, pero en ese escenario parece difícil rechazar los recursos que provengan del Fondo Federal Solidario, que se formará con el 30 por ciento que se coparticipará de las retenciones a la soja.