“No puedo dedicar todos los recursos a los sueldos”. Con esa frase, el intendente Miguel Lifschitz, en plena campaña por su reelección, buscó poner límites a los empleados municipales –que por ejemplo, en el sector salud, mantienen un nuevo conflicto– que reclaman nuevas mejoras salariales.

Además, en una entrevista en el programa De 12 a 14, negó que su gestión favorezca al centro en desmedro de los barrios, dijo que hace un “esfuerzo sostenido” por la integración de lo que sus críticos llaman las “dos ciudades” y que si Hermes Binner llega al gobierno de Santa Fe será mucho más sencillo coordinar acciones para el desarrollo de Rosario.

Para Lifschitz no es la ciudad sino “la Argentina la que está dividida en dos”. “En Rosario hacemos un esfuerzo sostenido por integrar las dos ciudades, la del círculo perverso de la pobreza y exclusión” con la que florece al compaz del crecimiento económico de la región.

El intendente negó que haya alguna que se favorezca más que otra desde su gestión y consideró “un mito” la afirmación de que el sur esté más postergado. “Cuando voy al oeste me dicen lo mismo y en el centro que las obras se hacen en los barrios. Hay necesidades en toda la ciudad y un buen gobierno debe atender a todos”, enfatizó.

Consultado sobre si luego de las elecciones va a tomar medidas firmes contra los médicos que vienen realizando paros todas las semanas, aseguró que “no va a haber decisiones drásticas, porque nuestra idea es que estos temas se resuelven con diálogo”.

“Pensar en la confrontación es retornar a la Argentina del pasado a la que la sociedad en su conjunto no quiere volver”, insistió, y en ese sentido instó a la dirigencia gremial a buscar una salida sin general problemas a los rosarinos que necesitan ser atendidos por el sistema de salud pública.

De todos modos, aclaró que está dispuesto a atender reclamos que tienen que ver con condiciones laborales, pero que el sector ya tuvo una recomposición salarial “inaudita”. “No puedo dedicar todos los recursos a los sueldos”, enfatizó.

Por otro lado, Lifschitz defendió a la GUM –“tuvo éxito”– y que en el caso de Buenos Aires Mauricio Macri anunció su disolución porque la Guardia Urbana porteña fue una “mala copia” de la rosarina.

“La GUM cumple un papel importante. Es la primera repartición que está en cualquier situación de emergencia, la que interviene, coordina acciones con el resto de las fuerzas, y tiene una tarea preventiva clave en materia de seguridad”, afirmó.