La actriz estadounidense Lindsay Lohan se encuentra mucho mejor, ha terminado la terapia intensiva contra la drogadicción y ha abandonado el centro de desintoxicación Promises de Malibú, donde ingresó el pasado 28 de mayo.
La joven actriz había sido internada tras protagonizar un accidente de coche visiblemente drogada. Lohan acabó su tratamiento el pasado día 13 y, desde hoy, seguirá un "programa de rehabilitación exterior" que incluye su asistencia "a varias reuniones de Alcohólicos Anónimos, terapias y pruebas diarias", según la edición digital de la revista People. Además, la actriz portará una tobillera para controlar sus niveles de alcohol.
La protagonista de Devuélveme mi suerte (2006) ingresó en Promises tras chocar con su automóvil contra un árbol en Beverly Hills (California), el 26 de mayo. Cuando fue detenida tras el accidente, en el que resultó ilesa, se descubrió que había aspirado cocaína y duplicaba la tasa de alcohol permitida, según la prensa sensacionalista.
Al día siguiente del choque, Lohan fue fotografiada cuando la sacaban desmayada de una fiesta. Así que Lindsay dijo "basta" e ingresó en Promises.
Después de que Lohan abandonara el centro su representante, Leslie Sloane, señaló en un comunicado que, por "decisión propia, la actriz ha decidido llevar una tobillera que controla los niveles de alcohol", a fin de mantener "la sobriedad adquirida" en el centro de desintoxicación.
El pasado sábado, la intérprete de Ponte en mi lugar (2003) acudió a un club en Las Vegas, Pure Nightclub, donde fue vista con la tobillera e ingiriendo una bebida energética. Lohan, que el pasado día 2 cumplió 21 años, es portada habitual le las revistas del corazón estadounidenses, en las que ha aparecido con frecuencia fotografiada a la salida de clubes y salas de fiesta.