No, Omar Descarrega no lo podía creer: es que lo que le decían del otro lado de la línea, desde la concesionaria donde no hace mucho compró un Volkswagen Bora, es que el auto, que había llevado unas horas antes para hacerle el service, había desaparecido.
Fue cerca de las cinco de la tarde de ayer, contó Omar a Radio 2, y el auto lo había llevado a la mañana. Cerca de las 16.30 lo llamaron para preguntarle si él había retirado el vehículo, a lo que el contstó: “¿Me están cargando?”.
Menos de una hora más tarde le comunicaron lo que se supone que fue un robo, por cierto inédito.
Omar fue con un escribano a la concesionaria, en Urquiza al 1200, que hizo un acta para que él tuviera una constancia de lo que había pasado. Y luego hizo la denuncia en la comisaría 3ª.
Si para cualquiera el robo de un auto no es poca cosa, qué decir para Omar que es viajante. En el vehículo había, justamente, una docena de raquetas, valuadas en 170 dólares cada una, que pensaba vender en estos días.
Fue cerca de las cinco de la tarde de ayer, contó Omar a Radio 2, y el auto lo había llevado a la mañana. Cerca de las 16.30 lo llamaron para preguntarle si él había retirado el vehículo, a lo que el contstó: “¿Me están cargando?”.
Menos de una hora más tarde le comunicaron lo que se supone que fue un robo, por cierto inédito.
Omar fue con un escribano a la concesionaria, en Urquiza al 1200, que hizo un acta para que él tuviera una constancia de lo que había pasado. Y luego hizo la denuncia en la comisaría 3ª.
Si para cualquiera el robo de un auto no es poca cosa, qué decir para Omar que es viajante. En el vehículo había, justamente, una docena de raquetas, valuadas en 170 dólares cada una, que pensaba vender en estos días.