La tormenta que castigó nuestra ciudad, sin necesidad de analizar los pormenores del calentamiento global, salvo el hecho de que cada vez más nuestro planeta se transforma en un lugar hostil, nos obliga a replantearnos nuevos escenarios cotidianos y probables planes de contingencia.

Zona agreste por definición es cualquier zona alejada geográficamente a más de dos horas de un centro de salud definitivo.

El parque comunicacional de Televisión Litoral se convirtió para nosotros temporalmente en una zona agreste. El golpe sorpresivo, la falla temporaria de las comunicaciones, el miedo y la desesperación de la gente involucrada , los segundos interminables de escombros y la imposibilidad de los servicios de emergencias de responder en lo inmediato, evidencia a las claras que ni la ciudad ni muchos de nosotros estamos preparados para asimilar en tiempo real estos fenómenos.

Hace unos días tuve la oportunidad de concurrir a un curso de socorrismo internacional en zonas agrestes. De lo más completo de Latinoamérica. Allí aprendí fundamentalmente cómo evaluar la situación de desastre, como controlar la escena , la seguridad, la logística, los números, el mecanismo de daño y fundamentalmente cómo tranquilizar y asistir a los heridos. Mucha practica, práctica y más práctica. Causalidad aparte, Televisión Litoral permitió que realizara este curso. Necesario en los tiempos que se vienen.

Heridos no tuvimos, salvo en el amor propio, porque TVL es un colectivo. Una construcción colectiva. Hoy nuevamente la levantamos entre todos.