Un equipo de investigación ha logrado desarrollar en el Reino Unido tejido de válvulas cardíacas a partir de células madre extraídas de la médula ósea, que, de tener éxito en las pruebas con animales, podría utilizarse en pacientes humanos dentro de tres o cinco años.
Liderado por el profesor de cirugía cardíaca Magdi Yacoub, del Imperial College de Londres, el equipo de científicos ha conseguido crear un tejido cardiovascular que funciona de la misma forma que las válvulas de los corazones humanos, informa hoy el rotativo británico "The Guardian".
Para ello se reunió a un equipo de químicos, biólogos, ingenieros, especialistas en células y clínicos de universidades de todo el mundo que han trabajado durante diez años en el centro de investigación cardíaca del hospital londinense Harefield para ver cómo funciona cada pieza del corazón humano.
Desarrollar tejidos sustitutivos a partir de células madre es una de las principales metas de la biología, porque la creación de órganos enteros a partir de las propias células madre del paciente evitaría el rechazo al encajar genéticamente.
Hasta ahora, los científicos se habían limitado a cultivar, a partir de las células madre, tendones, cartílagos y vejigas, pero ninguno de esos tejidos tienen la complejidad estructural de un órgano completo.
El profesor Yacoub señala que su equipo ha dado un paso significativo hacia el objetivo de lograr desarrollar un corazón completo a partir de células madres, lo que, según el científico, es un "proyecto ambicioso pero no imposible, que podría alcanzarse en unos diez años".
Por el momento, la creación de tejido de válvulas de corazón evitaría al paciente tenerse que someter al trasplante de válvulas artificiales, que, en el caso de los niños, hay que cambiar conforme van creciendo y que en los adultos exige administrar fármacos durante toda la vida para prevenir las complicaciones.
Mediante un doble proceso físico y químico, los científicos lograron primero hacer que las células madre extraídas de la médula se convirtieran en células de válvulas cardíacas.
Luego colocaron las células en andamiajes de colágeno, lo que permitió a los expertos cultivar discos de tejido de válvula cardíaca de tres centímetros de ancho.
Ese tejido se implantará primero en animales, probablemente ovejas y cerdos, a finales de año para comprobar su funcionamiento como parte del sistema circulatorio, y, de tener éxito, podría implantarse en humanos dentro de tres o cinco años, según el director del proyecto.
Desarrollar un fragmento de tejido de la dimensión adecuada a partir de las células madre del paciente requerirá alrededor de un mes, pero Yacoub sostiene que la mayoría de gente no necesitará un tratamiento individualizado ya que habría a disposición de los pacientes un banco de tejidos procedentes de distintas células madre que servirían para unos u otros.
Curiosamente, la inspiración para ese descubrimiento le vino al director del equipo no sólo de los trabajos de otros científicos, sino también de una escultura que representa a un corazón de la que es autor el artista británico Antony Gormley y que éste donó al hospital Harefield.
Los trabajos del equipo de Yacoub se publicarán el próximo agosto en una edición especial de la revista "Philosophical Transactions", de la Royal Society de Londres.
Fuente: EFE
Liderado por el profesor de cirugía cardíaca Magdi Yacoub, del Imperial College de Londres, el equipo de científicos ha conseguido crear un tejido cardiovascular que funciona de la misma forma que las válvulas de los corazones humanos, informa hoy el rotativo británico "The Guardian".
Para ello se reunió a un equipo de químicos, biólogos, ingenieros, especialistas en células y clínicos de universidades de todo el mundo que han trabajado durante diez años en el centro de investigación cardíaca del hospital londinense Harefield para ver cómo funciona cada pieza del corazón humano.
Desarrollar tejidos sustitutivos a partir de células madre es una de las principales metas de la biología, porque la creación de órganos enteros a partir de las propias células madre del paciente evitaría el rechazo al encajar genéticamente.
Hasta ahora, los científicos se habían limitado a cultivar, a partir de las células madre, tendones, cartílagos y vejigas, pero ninguno de esos tejidos tienen la complejidad estructural de un órgano completo.
El profesor Yacoub señala que su equipo ha dado un paso significativo hacia el objetivo de lograr desarrollar un corazón completo a partir de células madres, lo que, según el científico, es un "proyecto ambicioso pero no imposible, que podría alcanzarse en unos diez años".
Por el momento, la creación de tejido de válvulas de corazón evitaría al paciente tenerse que someter al trasplante de válvulas artificiales, que, en el caso de los niños, hay que cambiar conforme van creciendo y que en los adultos exige administrar fármacos durante toda la vida para prevenir las complicaciones.
Mediante un doble proceso físico y químico, los científicos lograron primero hacer que las células madre extraídas de la médula se convirtieran en células de válvulas cardíacas.
Luego colocaron las células en andamiajes de colágeno, lo que permitió a los expertos cultivar discos de tejido de válvula cardíaca de tres centímetros de ancho.
Ese tejido se implantará primero en animales, probablemente ovejas y cerdos, a finales de año para comprobar su funcionamiento como parte del sistema circulatorio, y, de tener éxito, podría implantarse en humanos dentro de tres o cinco años, según el director del proyecto.
Desarrollar un fragmento de tejido de la dimensión adecuada a partir de las células madre del paciente requerirá alrededor de un mes, pero Yacoub sostiene que la mayoría de gente no necesitará un tratamiento individualizado ya que habría a disposición de los pacientes un banco de tejidos procedentes de distintas células madre que servirían para unos u otros.
Curiosamente, la inspiración para ese descubrimiento le vino al director del equipo no sólo de los trabajos de otros científicos, sino también de una escultura que representa a un corazón de la que es autor el artista británico Antony Gormley y que éste donó al hospital Harefield.
Los trabajos del equipo de Yacoub se publicarán el próximo agosto en una edición especial de la revista "Philosophical Transactions", de la Royal Society de Londres.
Fuente: EFE