Cae la lectura de libros y crece el consumo de música en Argentina. Esta afirmación fue obtenida por un sondeo realizado durante mayo pasado en todo el país por la consultora TNS Gallup para el diario local La Nación, a la hora del esparcimiento los argentinos dedican la mayoría de su tiempo a los medios de comunicación y el consumo.
El 92 por ciento del millar de consultados dijo que escuchó radio en el último semestre, el 74 leyó diarios, el 46 por ciento compró música, el 42 comió fuera de casa, un porcentaje igual leyó libros y el 31 por ciento fue al shopping.
En comparación con los datos de 2000, la lectura de libros es la actividad que registró la bajada más pronunciada (del 52 al 42 por ciento), mientras que las que más crecieron fueron comprar música (del 34 al 46 por ciento) y comer en restaurantes (del 33 al 42 por ciento).
Por tratarse de un "consumo universalizado", en forma deliberada la encuesta no incluyó la televisión entre las ofertas culturales, ya que los responsables de la medición dijeron que "habitualmente, casi el 100 por ciento de la población mira TV".
En cuanto a los gustos musicales, el folclore fue el género más mencionado con el 40 por ciento, seguido por el cuarteto, la cumbia y otros ritmos tropicales, con el 39, y la música latina, con el 37 por ciento.
El rock, el pop y el metal están cuartos con el 24 por ciento y mientras el tango es elegido por el 23 por ciento de los argentinos, el 6 por ciento de los consultados guarda absoluta fidelidad con el jazz y el blues.
Por primera vez, en el sondeo de TNS Gallup se preguntó a los argentinos si habían realizado algún tipo de actividad artística o creativa en el último año y sólo el 23 por ciento dijo que sí, mayormente los jóvenes, universitarios y de mejor nivel económico.
De ellos, el 9 por ciento tomó fotografías, hizo vídeos u obras en Internet, el 7 tocó algún instrumento o compuso música, el 6 por ciento hizo trabajos manuales con fines artísticos, un porcentaje igual dibujó o pintó y el 4 por ciento escribió ficción.
Según la consultora, debido a que se realizan más actividades culturales a menor edad y a mayor nivel socioeconómico, mientras escuchar radio e ir a la discoteca y al estadio de fútbol son las actividades que más democráticamente se reparten en la escala social, en el resto hay diferencias importantes.
La encuesta determinó que lee libros el 82 por ciento de la clase alta y el 28 de la baja, que va al cine el 78 por ciento de los más pudientes y sólo el 7 de los pobres, mientras que en el caso del uso de Internet la brecha es del 89 al 9 por ciento.
"El crecimiento de la desigualdad en Argentina tiene una cara cultural", aseguró Ana Wortman, investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
"La baja en la lectura de libros expresa una cuestión socio-económica, porque se manifiesta fundamentalmente de la clase media hacia abajo. A diferencia de otros países latinoamericanos, el consumo de libros en Argentina históricamente fue de clase media, media-baja y de algunos sectores de clases trabajadoras", comentó.
Fuente: EFE