Los libros no muerden. Quizás ese refrán popular sirva para definir un proyecto que apunta a que los rosarinos tengan más contacto con los libros. La idea fue elaborada por un ciudadano común y fue presentada al bloque del ARI en el Concejo Municipal para que sea discutido en tablas.

La intención es que la Secretaría de Cultura y Educación implemente una campaña de promoción de la lectura, que incluiría la publicación de material de lectura, puesto a disposición de los ciudadanos a través de exhibidores y revisteros diseñados ubicados en las salas de espera de establecimientos públicos y privados que estén destinados a la atención al contribuyente para el pago de impuestos y servicios, como también para el cobro de sueldos, pensiones y también comercios en donde sus dueños lo reclamen.

“La gente no lee o lee poco, y aunque puedan existir razones justificadas hay que concientizar al pueblo en cuanto a la importancia de leer”, explicó Marcelo Malvestiti, autor de la iniciativa que tiene como objetivo implementar en la ciudad una campaña para la promoción de la lectura.

“Porque, aquellos que pasan sus vidas leyendo, muy difícilmente sean ignorantes. En muchos hogares no hay libros, y los jóvenes hoy no tienen modelos de lectores: los padres no adoptan este hábito y tampoco lo incentivan”, lamentó el mentor de la idea.

El proyecto que Malvestiti entregó a los concejales del ARI para que analicen en la comisión de Cultura y Educación del Concejo se sustenta en datos relevados de una encuesta que establece que “el 47 por ciento de la población mayor de 18 años lee todos los días, al menos 15 o 20 minutos, pero sólo el 6 por ciento se dedica a la lectura de libros mientras que el 8 por ciento utiliza el diario como fuente de información”.

Además, el mismo relevamiento señala que “el 43 por ciento de los argentinos no lee ni compra libros, lo que significa que casi la mitad de los habitantes del país no tiene acceso a la lectura”.

En este sentido, Malvestiti plantea la importancia de “abordar las necesidades y demandas relativas a la promoción de la lectura, y el reconocimiento que tiene como herramienta básica en el aprendizaje y en la formación integral del individuo, así como principal vía de acceso al conocimiento y a la cultura”.

Y solicita que “el Estado, intervenga en este tipo de campañas como principal garante de la educación de sus habitantes y la conservación del patrimonio cultural y social de los argentinos”.