Unos 71 millones de mexicanos concurrirán este domingo a las urnas para elegir presidente entre tres principales candidatos, incluido el centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador, que postula revisar el Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos y Canadá. López Obrador –un licenciado en Ciencias Políticas de origen modesto y ex jefe de gobierno de la capital– y Felipe Calderón –abogado y economista conservador, de clase media y ex ministro de Energía del gobernante Partido Acción Nacional (PAN)– disputan el primer lugar en las últimas encuestas, con 2 a 5 puntos de ventaja para el primero. No obstante, nadie subestima el desempeño del abogado Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fuerza principal de la oposición, que gobernó a México 71 años hasta 2000, ya que algunos sondeos lo ubicaron cercano a Calderón. López Obrador, proveniente del estado de Tabasco, en el sur del país, representa la primera oportunidad en la historia de la centroizquierda de acceder a la presidencia de México en estos comicios. La novedad electoral estará centrada en unos 12 millones de jóvenes –de entre 18 y 24 años– que por primera vez están habilitados para votar, gran parte de los cuales integran el universo de 4 millones de indecisos. La disputa del domingo, cuando se elegirá al presidente, 500 diputados federales, 128 senadores, 4 gobernadores y alcaldes, legisladores locales, intendentes y concejales de 10 estados, aparece en el fondo como una lucha entre dos modelos económicos. Por un lado, Calderón representa la continuidad del sistema neoliberal, que según sus críticos dejó una estela de desempleo y una fuerte desigualdad, que se traduce en más del 50 por ciento de la población en la pobreza. López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza que contribuyó a fundar hace 18 años, simboliza, más que la izquierda ortodoxa, un modelo de tintes nacionalistas y progresistas que declara querer paliar la creciente brecha entre ricos y pobres. En su discurso de cierre de campaña, aunque reiteró su lema "primero los pobres", López Obrador prometió mantener el control de la inflación, no contraer deuda para financiar crecimiento y provocar una "crisis económica", y además respetar la autonomía del Banco Central, citó la agencia italiana ANSA. También prometió revisar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, conocido en su sigla inglesa como Nafta, para que su país "no sea invadido por el maíz y el fríjol de afuera", según declaró durante su campaña electoral. En tanto, subyace el interrogante sobre si el margen de ventaja de quien gane será suficiente para evitar un retraso en la difusión de los primeros resultados de las encuestas en boca de urna, previstos para las 20 hora local (23 de la Argentina). El primer conteo rápido oficial se difundirá tres horas después. Las urnas, repartidas en 130 mil puestos en todo el país, abrirán a las 8 de la mañana y cerrarán a las seis de la tarde. El presidente del Instituto Federal Electoral, Carlos Ugalde, dijo ayer que el organismo que preside hará "su mayor esfuerzo" para evitar "una guerra de proclamación de ganadores" el domingo por la noche. Fuente: Télam