Aquella vieja pregunta que hacía en televisión Raúl Granados no pierde vigencia: ¿dónde está la plata? Si de política santafesina se trata habría que responder que en los municipios no. Sin reforma tributaria –a la que el PJ le clausuró toda posibilidad de prosperar este año en la Legislatura– ni quinta cuota del impuesto inmobiliario –proyecto opositor sobre el que el oficialismo tampoco está dispuesto a ceder– intendentes y jefes comunales imploran que desde el gobierno provincial se encuentre una forma de volcar mayores recursos a pueblos y ciudades porque, con el agregado del reclamo salarial de sus empleados, tienen una certeza en el tramo final de este año complicado: las cuentas no cierran.
En los últimos días desde algunos municipios se entusiasmaron con una posibilidad: que la provincia adelante el pago de lo que les corresponde del impuesto a los ingresos brutos –como por los tributos nacionales que se coparticipan, el 13,5 por ciento–, mientras el oficialismo negocia con el PJ una solución más definitiva para los problemas de financiamiento de las ciudades a aplicarse desde el año próximo. Sería una cuota extra –la número trece del año–, que se compensaría a futuro. Pan para hoy y hambre para mañana, podría razonarse. Pero “peor es nada”, sostienen los intendentes. Para Rosario, ese adelanto significaría cerca de 15 millones de pesos.
Sin embargo, en el gobierno provincial parecen no acusar recibo. “Por ahora no hay nada de eso”, aseguró una alta fuente del elenco de Hermes Binner consultada sobre la posibilidad que, en los hechos, significaría simplemente ponerse al día: la cuota de ingresos brutos se viene liquidando con un mes de atraso. Justamente por eso los intendentes la ven posible: se puede resolver simplemente con la resolución administrativa y evitar así el tortuoso camino de una Legislatura en la que el oficialismo controla una cámara –Diputados– y la oposición otra –Senadores–.
Por ahora, desde el gobierno provincial no largan prenda sobre si hay alguna otra medida en estudio para aliviar a los municipios de cara a los compromisos de fin de año. Acaso sea para no mostrar las cartas antes de una negociación con el PJ en la qu hay expectativas de que se reencamine luego del encuentro entre el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, y el senador Ricardo Spinozzi. Pero admiten que algo habrá que hacer.
Es que las proyecciones presupuestarias de pueblos y ciudades no son alentadoras. En la mayoría de las localidades se estima que se cerrará el año con un déficit significativo, que en el caso de Rosario llegaría a cerca de 60 millones de pesos. Y ya hay planes de ajuste en marcha, que en algunos lugares, como Chabás, incluye la declaración formal de la emergencia económica. El intendente de esta última localidad, Osvaldo Salomón, fue gráfico al describir la situación en diálogo con el programa Diez puntos, de Radio 2: dijo que si no hay una ayuda desde el gobierno provincial, entre las que mencionó como posibles la quinta cuota del inmobiliario o el adelanto de ingresos brutos, "no vamos a poder pagar el medio aguinaldo y el verano va a ser dramático".
Desde la administración de Miguel Lifschitz hay esperanzas en otra fuente de alivio financiero: en los próximos días la Fiscalía de Estado emitirá dictamen sobre su reclamo por 80 millones de pesos a la provincia por liquidaciones de coparticipación supuestamente mal realizadas durante la gestión de Jorge Obeid.


