Los mexicanos vinculados a la megacausa de la efedrina estaban dispuestos a "dejar una marca para siempre" en el actor para advertir a Ricky Martínez que guarde silencio o tomarían represalias. Así lo reveló un investigador de la causa.
Según un jefe policial, ahora el actor no corre peligro porque su padre está detenido y los potenciales agresores están en prisión.
Pero según consigna el diario La Nación, un informante del hampa le dijo a un investigador policial: "Los mexicanos van vengarse de Ricardo Martínez en su hijo Mariano, le van a dejar una marca para siempre".
La amenaza se habría producido hace un mes y medio y puso en envidencia hasta dónde pensaban ir los narcotraficantes para "negociar" el silencio de Ricky Martínez o, tomar represalias. El motivo del ataque era la desaparición de un cargamento de metaanfetaminas que estaba en poder de la banda.
Cuando eso ocurrió, el entorno del actor empezaron a temer por su seguridad y le habrían hecho saber a Mariano que los negocios en los que estaba envuelto su padre eran peligrosos.
Es más, hasta el propio Ricardo Martínez confesó a un investigador: "Tengo miedo, siempre pensé que le podían hacer algo a Mariano". Mientras decía eso, su hijo esperaba en la antesala del despacho el juez federal de Zárate Campana, Federico Faggionato Márquez.
Ricardo Martínez está preso en la misma causa que tiene a otros 10 mexicanos, acusados de formar una banda para fabricar y comercializar drogas sintéticas y es señalado como un "intermediario" entre los narcos y los emprsarios asesinados en General Rodríguez, que eras quienes finalmente iban a entregar la efedrina a los mexicanos.
Ante Faggionato Márquez, Ricky Martínez reconoció conocer a Jesús Martínez Espinoza (preso en Paraguay) y Rodridgo Pozas Iturbe (alias Rodrigo Rodríguez), señalados como supustos líderes de la banda de narcos. También dijo que era conocido de Luis Tarzia, otro preso señalado como el "gerente local" de la organización. Sin embargo, dijo que no estaba ligado a ellos para la comercialización de efedrina, sino que estaba cerca de ellos para tener la oportundiad de realizar algún negocio menor, pero se autodefinió casi como "un busca".
Ricardo Martínez fue involucrado en la causa por Gustavo Ricchiuto, un cirujano plástico que dijo que Forza, Ferrón y su socio (José Luis Salerno) le iban a comprar a Martínez un cargamento de efedrina.
Por otra parte, otro imputado, sospechoso de haber estado en la quinta de Ingeniero Maschwitz donde se fabricaban metaanfetaminas, señaló que Espinoza una vez lo mandó a hablar con el padre del actor para que devolviera una mercadería. Ante esto, Martínez habría respondido: "Si la quiere, que pague 300 mil dólares". El intercambio de palabras se habría producido por un cargamento de metaanfetaminas.
Sin embargo, luego de su indagatoria, Martínez está menos comprometido, ya que fuentes judiciales aseguran que "no se contradijo en ningún momento". Además, tampoco se le encontró efedrina en su poder.


