Una investigación reciente halló que los niños que tienen dificultades emocionales están en mayor riesgo de volverse obesos en la vida adulta. En el estudio, publicado en la revista BMC Medicine, los investigadores del Centro de Psiquiatría Social, Genética y del Desarrollo MRC del Instituto de Psiquiatría del King´s College de Londres, examinó datos de 6.500 miembros del Estudio británico de cohortes de nacimiento de 1970.

Los participantes del estudio fueron evaluados cuando tenían diez años por problemas emocionales, autopercepciones y su índice de masa corporal (IMC), una proporción entre el peso y la estatura. Informaron sobre su IMC nuevamente a los treinta años.

Los investigadores hallaron que los niños que tenían una autoestima más baja, los que sentían que tenían menos control de sus vidas y los que con frecuencia estaban preocupados tenían más probabilidades de aumentar de peso durante las siguientes dos décadas.

También se anotó que las niñas estaban más afectadas por esos factores que los niños, señalaron los autores del estudio en un comunicado de prensa del editor de la revista. Los hallazgos también sugirieron que los problemas emocionales de la infancia podrían ser otro factor que conduzca al exceso de peso, según los investigadores.

"Aunque no podemos decir que los problemas emocionales de la infancia causan obesidad posteriormente en la vida, ciertamente podemos señalar que tienen algo que ver, junto con factores como el IMC de los padres, la dieta y el ejercicio", señaló Andrew Temouth, coautor del estudio, en el comunicado de prensa.

La intervención precoz para los niños que sufren de baja autoestima, ansiedad u otros retos emocionales podría mejorar sus probabilidades de ser saludables posteriormente, añadieron los investigadores.

"Teniendo en cuenta el creciente problema de la obesidad infantil en muchas sociedades occidentales, estos hallazgos son particularmente importantes", concluyeron los autores.

Fuente: BioMed Central