El presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, calificó hoy de "franca y sincera" su primera reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-il, destinada, según dijo, a "derribar el muro de desconfianza" que existe entre sus países.
En un brindis durante un almuerzo en Pyongyang con la delegación surcoreana, retransmitido por televisión en Seúl, Roh admitió que había "una barrera invisible" entre él y el dictador norcoreano, pero dijo que es preciso acabar con el "muro de desconfianza".
"Sobre la paz y la reconciliación, debemos acabar con los problemas que bloquean el camino", apuntó Roh, que reconoció que las dos Coreas "no comparten la misma percepción" sobre algunos temas, pero sí coinciden en la necesidad de "fijar una nueva dirección para el futuro", sobre todo en cuanto a su cooperación económica.
Sin dar más detalles, el presidente surcoreano admitió que Corea del Norte "no está demasiado contenta" con el ritmo que su país quiere imprimir a las conversaciones a seis bandas para la desnuclearización de Pyongyang, en las que también participan China, EE.UU., Japón y Rusia.
Roh y Kim mantuvieron esta mañana la que ha supuesto la primera reunión de los líderes de las dos Coreas en siete años, que se ha visto seguida esta tarde por una nueva tanda de conversaciones.
La cumbre entre los líderes de las dos Coreas que se celebra desde ayer en Pyongyang es la segunda en medio siglo, tras la celebrada en 2000, y su objetivo es la búsqueda de la paz en una península dividida al término de la Guerra de Corea en 1953, que concluyó con un armisticio y no con un tratado de paz
En un brindis durante un almuerzo en Pyongyang con la delegación surcoreana, retransmitido por televisión en Seúl, Roh admitió que había "una barrera invisible" entre él y el dictador norcoreano, pero dijo que es preciso acabar con el "muro de desconfianza".
"Sobre la paz y la reconciliación, debemos acabar con los problemas que bloquean el camino", apuntó Roh, que reconoció que las dos Coreas "no comparten la misma percepción" sobre algunos temas, pero sí coinciden en la necesidad de "fijar una nueva dirección para el futuro", sobre todo en cuanto a su cooperación económica.
Sin dar más detalles, el presidente surcoreano admitió que Corea del Norte "no está demasiado contenta" con el ritmo que su país quiere imprimir a las conversaciones a seis bandas para la desnuclearización de Pyongyang, en las que también participan China, EE.UU., Japón y Rusia.
Roh y Kim mantuvieron esta mañana la que ha supuesto la primera reunión de los líderes de las dos Coreas en siete años, que se ha visto seguida esta tarde por una nueva tanda de conversaciones.
La cumbre entre los líderes de las dos Coreas que se celebra desde ayer en Pyongyang es la segunda en medio siglo, tras la celebrada en 2000, y su objetivo es la búsqueda de la paz en una península dividida al término de la Guerra de Corea en 1953, que concluyó con un armisticio y no con un tratado de paz


