¿Vendrá tormenta justo cuando se dejó la ventana abierta? ¿Le irá bien en el examen aunque haya estudiado poco? ¿Qué son esas manchitas en la piel que ayer no estaban? Hay gente que se preocupa por todo. Y aunque a priori puede evaluarse como un aspecto negativo de la personalidad, los que saben dicen que tiene su lado bueno.

Un estudio realizado en el Centro Médico Downstate de la Universidad Estatal de Nueva York revela que la inteligencia y la preocupación están relacionadas con la escasez de colina en la sustancia blanca subcortical del cerebro. Así lo publica la revista Muy Interesante.

La preocupación “puede hacer a nuestra especie evitar situaciones peligrosas, por muy remotas que parezcan”, subraya Jeremy Coplan, coautor del trabajo. Y al no asumir riesgos, las personas preocupadas tienen más probabilidades de sobrevivir. “Por lo tanto, como la inteligencia, la preocupación nos aporta un beneficio”, añade.

En el estudio se midió el cociente intelectual (CI) de pacientes con trastorno generalizado de la ansiedad y se comparó con el de voluntarios sanos. En quienes sufrían ansiedad, el alto cociente intelectual aparecía asociado a mayor nivel de preocupación. En los sujetos sanos, esto no sucedía.