Así lo afirmó el endocrinólogo Alejandro García, quien precisó que además pueden sufrir más abortos espontáneos que quienes tienen peso normal.

"Para lograr una adecuada tasa de fertilidad y tener un embarazo saludable es fundamental que la mujer llegue con un peso adecuado. Hay estudios recientes que muestran que aproximadamente el 15 % de las parejas en edad reproductiva son infértiles debido al estilo de vida, la edad avanzada y los problemas de salud como el sobrepeso, ya que a mayor IMC hay menor tasa de embarazos", apuntó el especialista.

García comentó que estudios recientes revelaron que debido a los problemas hormonales que el sobrepeso conlleva, las mujeres obesas (con IMC mayor a 30) reducen en un 4 % su fertilidad por cada punto que aumenta ese IMC.

"A su vez, las mujeres con obesidad que quedan embarazadas tienen un 37 % más de probabilidades de padecer un evento cardiovascular y un 12 % en el caso de las que tienen sobrepeso, tal como demostró un estudio realizado el año pasado en Reino Unido, que también reveló que las que eran obesas durante el embarazo o el momento del parto tenían un 35 % más de posibilidades de morir de forma prematura que aquellas que mantenían un peso normal", apuntó.

Estos datos suponen que "aproximadamente cada dos kilos más, las mujeres obesas reducen su fertilidad, por lo que los problemas asociados al exceso de peso no sólo dificultan la concepción, sino que el ratio de complicaciones en el embarazo y abortos espontáneos también es mucho mayor", aclaró.

García puntualizó que más de la mitad de la población argentina, exactamente el 53,4 %, tiene exceso de peso -sobrepeso y obesidad-, y que el porcentaje promedio de obesidad en el país trepó del 14,6 por ciento en 2005 al 18 por ciento en 2009.

"Específicamente para las mujeres el 45.5 % tiene sobrepeso u obesidad, lo que equivale que más de 19 millones de mujeres en el país padecen una u otra", subrayó. Además de los problemas de sobrepeso, diversas alteraciones endocrinas pueden interferir en el alcance de un embarazo, como la función de la tiroides, la elevación de prolactina y las alteraciones del ciclo menstrual. Así, se considera que una pareja es infértil cuando después de un año de relaciones sexuales sin protección no se logra el embarazo.

"La ovulación es el proceso fisiológico que permite la liberación del óvulo por los ovarios en forma cíclica, todos los meses, siendo un mecanismo indispensable para que se logre un embarazo. Las hormonas regulan ese proceso de manera muy precisa, por lo que cualquier alteración puede afectar ese mecanismo tan complejo y delicado manifestándose como infertilidad o alteraciones del ciclo menstrual", explicaron desde el Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM).

Además de los problemas de tiroides y prolactina, el síndrome de ovario poliquístico también puede ocasionar complicaciones a la hora de concebir, al igual que la insulinoresistencia.

"Las alteraciones hormonales deben ser estudiadas y tratadas con cada paciente en particular, para adecuar el tratamiento indicado y que se pueda lograr el embarazo", agregó Lara Miechi, endocrinóloga del IDIM.

La especialista precisó que la consulta inicial que debe realizar la mujer si el embarazo no llega debe ser con el endocrinólogo o el ginecólogo, "pero es recomendable que la infertilidad en la pareja deba ser enfocada por un equipo multidisciplinario de gineco-endocrinólogos, nutricionistas y fundamentalmente psicoterapeutas".

"En una primera consulta se solicitarán estudios hormonales como perfil tiroideo, prolactina, perfil androgénico, glucemia o insulina, dependiendo de cada paciente, y el tratamiento a abordar dependerá de si se encuentra alguna alteración", detalló.

Fuente: telam.com.ar