Se impuso la postura de la actual comisión directiva, pero, al final de cuentas, la que ganó fue la democracia. Casi 700 socios rojinegros concurrieron a la asamblea extraordinaria este miércoles por la tarde noche, en la que la mayoría votó por el proyecto de Estatuto oficial, en el que se piden 10 pesos por mes devengado a pagar en 36 cuotas a aquellos asociados que se pasaron de la categoría Fútbol a Pleno tras la caída de la nefasta gestión de Eduardo López.

El acto comenzó minutos antes de las 19.30, cuando se votó para que los dirigentes Guillermo Lorente y Pablo Morosano se constituyan como presidente y secretario de la asamblea, mismos cargos que ocupan en la actual comisión directiva. A continuación, se expusieron los tres proyectos completos para el nuevo Estatuto y Reglamento General de la institución.

El doctor Daniel Cegata fue el primer orador, manifestándose a favor de la amnistía general para todos los socios. La misma postura expuso Marcelo Maisonnave, en representación de Socios e Hinchas Autoconvocados, Movimiento Centenario, Movimiento Popular Rojinegro, Movimiento del Renacimiento Rojinegro, Filial Buenos Aires Gerardo Martino y Juventud Leprosa.

Después llegó el turno del abogado Hernán Botta, quien junto a Morosano redactaron el boceto que avala la actual cúpula directiva. Otros de los presentes destacados fueron los integrantes del órgano fiduciario que se sorteó el viernes pasado, compuesto por el abogado Carlos Arpi, el contador Ricardo Schneir –el mismo que participó en la intervención en Central- y el experto en administración deportiva José Luis Fasce.

Luego de las exposiciones, todos los presentes que así lo desearon tuvieron la oportunidad de expresar su opinión, algo que consumió el mayor lapso de tiempo. Finalmente, a las 22.10 llegó el momento cúlmine de la asamblea: para que no haya dudas, se dividió a la concurrencia en dos grupos, siendo notoria la diferencia a favor de los que avalaban el pago de una cuota simbólica para terminar con la trampa impuesta por López.

El acto democrático terminó en absoluta armonía, ya que una vez resuelto el artículo 40 del Estatuto, el resto de los ítems no fueron debatidos, puesto que ya se habían consensuado entre todas las partes.

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Martínez analizó la reforma del estatuto